La producción local de cultura está absolutamente volcada en el catalán, así pues si quieres hacer actividades extraescolares, hacer teatro, actividades culturales, radio, televisión, estudiar en escuelas de arte, etc, prácticamente tendrás que abandonar tu lengua.
Además el apoyo a la producción local por parte de la juventud o las personas que están empezando es también en una sola lengua. La excusa suele ser que ya hay mucha cultura (producida fuera de Cataluña) en español, sin tener en cuenta que los niños, los jóvenes, deben de poder desarrollarse allí dónde viven culturalmente en su lengua, recibir imputs, formación, actividades y disponer de talleres, campañas de fomento de la lectura, etc, y posibilidades de creación en su lengua.
Así pues los niños hispanohablantes de las barriadas dispondrán de muchos menos incentivos y motivación, cuándo debería prestarse una especial atención dada esta situación. Esto se suma a la posición desventajosa a nivel de clase de la migración, y también a que en Cataluña la dirección social está orientada fundamentalmente a los catalanohablantes y sus redes de clientelismo nacionalistas que priman a este sector de la población.
Cataluña ha estado gobernada casi 40 años por las élites burguesas herederas del franquismo que además son nacionalistas y han acentuado esta clase de política destinando los recursos culturales a las clases medias altas, pero lo cierto es que los partidos de izquierdas no independentistas no intentan cambiar la situación y la perpetúan, tratando de forzar el desarrollo cultural a la obligatoriedad de realizarlo en una sola lengua, la de las élites sociales.