Cuando el catalanismo tenía interés en expulsar a los catalanes de origen andaluz y otros lugares durante la transición. Un ejemplo de los miles y miles del catalanismo que trata de esconder debajo de la alfombra y silencia en los medios de comunicación.
El Catalanismo es la peor amenaza de Cataluña como veréis a continuación. En el breve ensayo de mayo de 2024, este mismo año, titulado "La transición según los espías" y escrito por Jorge Urdánoz se desvela que el supuesto "Gentleman de la política catalana" Trias Farga, durante muchos años en Convergencia, acudió directamente al embajador de Estados Unidos. Wells Stabler, para expresarle la urgencia de impulsar el abandono de Cataluña de los catalanes andaluces.
Wells Stabler, era el 'espía' que contaba a Kissinger lo que se cocía en España y "Creó el mito de la Transición". Así se explica en la página 120 del libro:
"Hay cables y declaraciones que, inesperadamente, desvelan cuestiones que darían por sí mismas para otro capítulo, si no para otro ensayo. Así en el cable citado de la conversación con Trías Fargas, por entonces líder de Esquerra Democrática de Catalunya, un minipartido que acabaría integrado en la Convergencia de Pujol, este habla del «PROBLEMA DE QUE HAY DEMASIADOS INMIGRANTES, TANTOS QUE EL ÁREA NO PUEDE ABSORBER MÁS SIN PERDER SUS RASGOS BÁSICOS. ÉL PENSABA QUE DEBERÍAN OFRECERSE INCENTIVOS PARA QUE PUDIERAN RETORNAR A SUS LUGARES DE ORIGEN (BÁSICAMENTE, ANDALUCÍA)»"
Cable 00074 MADRID, 5 de enero de 1977
Trias Fargas muere en medio de un mitín electoral catalanista de Convergencia en el Masnou, muerto en plena campaña a los 66 años, debido a un infarto. todo ello entre las alabanzas del PSOE y el PSC. Joan Maragall decía que había sido "un auténtico señor de Barcelona", Narcís Serra "que perdía un amigo y Cataluña uno de los políticos de más alto nivel que nunca ha tenido", y Adolfo Suárez que "había colaborado de manera fundamental en todas las etapas de la transición".
Una de sus herencias es la Fundación Trias Fargas, que por la corrupción del caso Palau, cambió de nombre a Catdem, el think tank de CDC, como plataforma de pensamiento político que difundía ideas y fomentaba debates para promover el catalanismo "independiente y la democracia".
Estaba casado con la hija del celebre médico Josep Trueta que escribió el libro para informar a los británicos, The Spirit of Catalonia (1946), que era una historia de Cataluña. Hijo de Antoni Trias i Pujol, que había sido cofundador de la Universitat Autònoma de Barcelona y gran reformador del Hospital Clínic de Barcelona.
Trias Fargas se consideraba de izquierdas, ya sabéis que la izquierda catalanista en Cataluña es también racista, pero no quiso participar en la ERC de Heribert Barrera quería algo más liberal e impulsó "Esquerra Democràtica de Catalunya" juntamente a Joan Baptista Cendrós entre otros, que ya ha pasado por nuestras páginas. EDC se fusionó con Convergencia (CDC), y fue su primer presidente y diputado y senador en el Parlamento de España.
Este fragmento del cable, que esperamos obtener en su totalidad, es el epítome de un racismo disfrazado de preocupación por la "identidad" cultural. El disfraz habitual del catalanismo y de toda la extrema derecha europea blanca que actúa bajo lemas como "no es diversidad es genocidio cultural". ¡Es un llamado a la exclusión, al rechazo de la diferencia! ¡Hablamos de una obsesión por preservar una pureza inexistente! Este lenguaje es racista, punto.
¿"Incentivos para que retornen a sus lugares de origen"? Lo que se está sugiriendo aquí es ni más ni menos que un expulsión con guante de seda, una purga "educada." Detrás hay un eco de otras épocas oscuras, donde se ofrecían "soluciones" para mantener la homogeneidad. ¿Qué diferencia hay entre este tipo de propuestas y aquellas que justificaron otros crímenes históricos en nombre de la pureza étnica?
El catalanismo es un discurso peligrosamente sibilino, porque no se atreve a decir siempre lo que realmente piensa: que hay personas que sobran o que deben ser asimiladas. ¿Y quiénes sobran? Los que no encajan en su molde, los que vienen de Andalucía y otros lugares, de fuera de Cataluña. Como si el ser humano fuera algo que debe encajar en los estrechos moldes de cultura y lengua catalana.
Esto representa el miedo del catalanismo a lo que no controla, tal como el racista Pompeu Fabra, miedo a un futuro donde las fronteras culturales se desdibujen y prevalezca la humanidad sobre las banderas y las regiones.
No nos dejemos engañar por estos discursos sutiles que ocultan racismo tras la defensa de lo “local”. La verdadera lucha por los derechos culturales es la que abraza la diversidad, no la que la teme. El catalanismo no se disfraza, se combate, y es nuestro deber alzar la voz contra esta violencia encubierta, que no solo lastima al inmigrante y el 70% de los catalanes, sino a la misma sociedad que dice defender. ¡A luchar con todas nuestras fuerzas contra el catalanismo y el racismo!
Referencias: Ramon Trias Fargas, un gentleman en medio del Passeig de Gracia