Toni Cantó ha dicho que no puede trabajar en Cataluña por hacer teatro en español. Este actor y actualmente político profesional, ha hecho un comentario que directamente es falso por su trazo grueso que usa cierta derecha y que termina provocando más rechazo, que se visibilice como ataques al catalán, o siendo usado en contra y extendido como ejemplo de falacias a todo aquel que hable de una situación de marginación por las instituciones nacionalistas de los catalanes hispanohablantes en Cataluña. El debate sobre la exageración ocupa tanto espacio que no permite un diálogo en torno a la verdad que favorece al nacionalismo catalán. Hay que ser muy escrupuloso para ser respetado y escuchado y conseguir entrar en el debate real de manera transversal a toda la sociedad. Esta vez ha provocado que las réplicas se atengan a la literalidad, y los malagueños Pepón Nieto y Dani Rovira, y la madrileña Ana Morgade, han hecho intervenciones en redes sociales con gran difusión y repercusión en los medios donde dicen que no tienen problemas para hacer teatro en español en Cataluña.
El problema es que también están muy alejados de la realidad social del teatro en español en Cataluña, más que el teatro en una lengua, preferimos hablar de las posibilidades de desarrollo cultural y creativo de los hispanohablantes catalanes que somos Cataluña, y se pasan también de frenada como Toni Cantó. Pero cabe agradecer la repercusión del conflicto por el hecho de poner sobre la mesa la cuestión, aunque está por ver que las réplicas tengan la misma viralidad. En todo caso debería de responderse desde artículos de opinión en los medios, que animamos a realizar, para debatir sobre la realidad con cifras y no opiniones basadas en experiencias personales como las de Cantó o Rovira y compañía.
Pepón, Rovira o Morgade seguramente han respondido también movidos por la idea de defender de ataques a quién es visto como inocente y víctima, en este caso el nacionalismo catalán, pero que no lo es. Sin reflexionar que actualmente el teatro en español en Cataluña es marginal en comparación a la población a la que va dirigido. El catalán está drásticamente sobrerrepresentado hasta el punto de ser hegemónico y dominante por la acción de los gobiernos nacionalistas de Cataluña en los últimos 40 años. El ejercicio del poder del régimen nacionalista durante décadas obliga a reanalizar la realidad y emitir nuevos análisis que se ajusten a la verdad, sin arrastrar ideas anquilosadas en el pasado existente tras la transición. Hecho que se demuestra con matemáticas y estadísticas.
El nacionalismo catalán se acoge a las opiniones de estos actores porque ya le son beneficiosas (habitualmente también persiguen aquellas que tratan de poner ecuanimidad), y la izquierda en general del resto de España las toma sin ponerlas en cuestión por corporativismo ideológico simplista ("si alguien se opone al nacionalismo español debe tener razón"), sin entrar a conocer aquello que vive la población de Cataluña (algo parecido a leer los titulares y no el contenido de los artículos), creando un rodillo de opinión pública que oculta que hace muchos años que el nacionalismo catalán ha pasado de oprimido a opresor, aunque mantiene el discurso victimista mientras discrimina a buena parte de los catalanes. De esta manera contribuyen al silenciamiento que ya ejerce el poder nacionalista catalán, dejando desamparada a más de la mitad de la población, que recibe ataques por ambas partes incluso de quienes deberían apoyarles, cegados de rabia por el capote de la derecha y permitiendo el mismo comportamiento desde otro nacionalismo que hace mucho que ha devenido reaccionario.
Las obras de teatro en español en Cataluña, son en torno a la cuarta parte. Esta es la realidad de Cataluña, cuándo los hablantes de lengua materna catalán son solo menos de una tercera parte, y los de español más de la mitad. Si esta situación sucediera a la inversa habría un clamor por estar privando de cultura en su lengua a buena parte de la población, en cambio el San Benito de la derecha colgado a ciertas opiniones, impide ver la realidad, la mayoría de población de Cataluña tiene un acceso reducido a teatro en su lengua, una infrarepresentación social desproporcionada de un sector poblacional que está excluído de la dirección social del gobierno del régimen nacionalista catalán y que ve pisoteados sus derechos de uso y espacios lingüísticos de manera sistemática y contundente.
Se supone que la tarea de la Generalitat es velar por la representación cultural de la población, pero en realidad solo les preocupa la de los catalanohablantes, por un rechazo fundamentalista cultural contra todo aquello que pese a ser la mayoría de catalanes ellos no aceptan como catalán. De hecho mucha gente lleva años denunciando la situación del teatro en español en Cataluña. La mayoría de la población catalana, no puede crear teatro en su lengua, no puede representarlo y tampoco puede disfrutarlo acorde con su representación social, entre otros motivos porque el teatro necesita apoyo institucional y este se destina casi exclusivamente a solo una tercera parte de la población.
Curiosamente hace ya más de dos décadas se analizaba que en Barcelona, otra cuestión es el resto del territorio, en ese momento menos de la mitad de las obras que se hacen en catalán acogían más público que iba a ver teatro en español, esta gran cantidad de obras en catalán, muy por encima de las de en español, pese a tener menos público se debía a la política de subvenciones del nacionalismo, que si bien tiene respuesta comercial, menoscaba y limita la creatividad del teatro de los catalanes hispanohablantes en Cataluña y de sus oportunidades profesionales. (Año 1994, 800.000 espectadores en español de 89 montajes comparado con 614.000 espectadores de 200 montajes, más del doble).
La cuestión hace pensar que se realizarían muchas más obras en español si recibieran las mismas subvenciones que en catalán y que tienen un mayor público potencial, lo que permitiría que la población hispanohablante de Cataluña pudiera dar rienda suelta a su vida cultural sin trabas que la limita a una producción marginal frente a un sector poblacional menor que produce una barbaridad más. Si los gobiernos catalanes trataran a todos los ciudadanos por igual y velaran por su desarrollo cultural, no se daría esta situación, pero su acción de gobierno tiene un sesgo discriminatorio étnico (por razón de lengua).
En 2014 de las 16.595, el 58,3% fueron interpretadas en catalán, según datos publicados por el Departamento de Cultura de la Generalitat. El español un 25,5%, un 8% otros idiomas y 6% obras mudas. Pero si vamos al último dato que aporta el Idescat, la desproporción ha seguido incrementándose, en 2018 último dato consultable (los estudios lingüísticos se emiten cada 5 años) si nos atenemos solo a las representaciones hechas en castellano y catalán, excluyendo la pequeña cantidad de plurilingües, mudas, u otros diomas en teatro y danza. En catalán se corresponde con el 71,6% (31,5% de lengua materna en Cataluña) y en español con el 28,4% (52,7% de lengua materna). Es decir el catalán triplica al español, y está casi 2 veces y media sobrerepresentado, y el español está casi infrarepresentado a la mitad.
Una de las pocas réplicas, lamentablemente no en medios de comunicación si no en un blog personal, de Josep Manuel Silva que podéis consultar coge rápidamente datos de cartelera actuales, dónde encontramos 3 obras de 10 en Girona (pero una de ellas por promotor externo de una directora de origen senegalés, y otras dos vascas con poco texto), es decir la producción cultural de la población hispanohablante catalana no está representada aunque si la lengua y en bajo porcentaje, pese a que el catalán solo es la lengua del 51% en la provincia. En Manresa o Lleida ni una sola obra. En Barcelona programadas por el Teatre Nacional de Catalunya temporada 2020-2021 de 25 obras, una sola en español y es de danza.
Como conclusión la marginación de los hispanohablantes catalanes a nivel creativo y cultural es palmaria y abrumadora por parte del gobierno que no normaliza ni promociona el catalán, ni busca una situación de equilibrio, si no todo lo contrario se extralimita y peca de lo mismo que se le puede achacar a la extrema derecha españolista, ni siquiera el PP se ha atrevido a tanto. Llamamos a la izquierda a que se preocupe por igual de todos los catalanes y no menosprecien a los hispanohablantes o no los consideren depositarios de derechos dignos de ser reivindicados, cuando tradicionalmente el poder en Cataluña ha sido del régimen nacionalista catalán y funciona de una manera étnica hacia el sector poblacional más pobre en general.
PASEMOS A LA ACCIÓN:
Desde aquí os invitamos a quejarnos a la Consejería de cultura de Cataluña (Twitter) de la que recordamos sus tres últimas conselleras defienden que la única lengua pública en Cataluña sea el catalán y con su política cultural se comportan como si de facto así fuera. El español y la producción cultural de sus hablantes sobreviven en el teatro solo gracias a la inversión privada y ni así cubre la necesidad de la población. También otro medio son las cuentas de cultura de los diarios, y en las cuentas de los teatros o las agendas culturales de vuestra ciudad, os invitamos a llevar estadísticas que ir actualizando y difundirlas, etiquetadnos con el hashtag #teatroenespañolcataluña , o que os dirijáis a nosotros para ayudar con la difusión.