Leemos el texto de Ramón de España con el que estamos de acuerdo en parte, sobre el caso Scully, cómo librarse del talento foráneo, que dice que pese al control de los centros de poder del catalanismo la realidad va por un lado y la ficción que tratan de mantener por otro y que "que es lo que hacen los nacionalistas mientras se desesperan porque el castellano no deja de crecer y el catalán no para de encogerse" y finaliza con "La realidad en Cataluña es la que es y no va a cambiar por mucha inmersión lingüística que le echen y muchas trabas que pongan a los castellanohablantes" y no estamos de acuerdo. Entre otras cosas porque aunque en Barcelona se incrementan las cifras de castellanohablantes en el global de toda Cataluña es diferente (medio millón menos de lengua de identificación que lengua materna, hablantes que habría que recuperar). Prueba es que Scully y su esposa se han exiliado... O que precisamente los centros de poder siguen en manos del nacionalismo, o que incluso les votan hispanohablantes.
Hay que dejar de pensar que por ser más hispanohablantes en Cataluña el fin de la dominación de los espacios públicos y el control social vendrá por si solo mediante la resistencia pasiva y la rebeldía que genera.
Vamos a exponer sintéticamente los factores que lo impiden:
- Ya funciona de facto socialmente la única lengua pública, es una realidad impuesta.
- La población está domesticada por las normas sociales en la práctica, aunque mantenga el uso personal.
- El poder de la fuerza y la ley de la Comunidad Autónoma, la Estatal ni se llega a implementar.
- El control de las instituciones públicas y el dinero, y por tanto el poder.
- Son una minoría, pero cuantiosa, intransigente.
- Tiene muchas organizaciones e individualmente interiorizado lo que hacer en cualquier espacio con el que se interrelacionan.
- Tienen los puestos de dirección social, directores de colegio, museos, televisiones, etc.
- Tienen medios de comunicación que les dan voz cada día, con un discurso absorbido de manera general.
- Tienen personalidades públicas con influencia e incluso izquierda del resto de España haciendo proselitismo de su discurso.
- Solo se visibilizan los agravios anecdóticos que reciben ellos y se normaliza la dominación que ejercen, el efecto rechazo se minimiza.
- Controlan el poder estatal mediante la influencia ideológica en la izquierda, el victimismo, y ser bisagra del poder.
- Hace falta iniciativas que accionen sobre la realidad, impulsen cambios, modificaciones, los pensamientos y las opiniones por si mismo no cambian nada, y salvo unos pocos, existe paralisis social.
- Falta difusión de ideas y por medios sociales directos, los barrios, las charlas en los centros cívicos, las paredes de las calles, o la propia cultura para contrarrestar su influencia.
Así pues consideramos que la posición de Ramón de España que está muy extendida, creer ciegamente en la fortaleza del español o el rechazo que genera forzar a la población, es perjudicial para cambiar las cosas o que no empeoren, pues inmoviliza, desactiva, o se limita a la queja mientras envía a la gente al sofá y esperar que pese a todas las fuerzas nacionalistas actuando en contra, la solución se produzca sola.
Filipinas es un ejemplo, que en 30 años perdió el español debido a la invasión por parte de Estados Unidos, a pesar de que la tercera parte del vocabulario del tagalo es influencia del español, aunque está adaptada la grafía (kutsara en lugar de cuchara, por ejemplo) demuestra que el poder, o incluso las élites del país aún siendo minoría pueden llevar al dominio de una lengua u otra. Si no hubiera habido invasión estadounidense seguramente el español habría perdurado ya que era hablado por las élites que incluso como José Rizal, martir independentista, había estudiado en España.
Actualmente se vuelve a recuperar como lengua internacional junto con el inglés en un país de 100 millones de habitantes, en 1973 había dejado de ser lengua oficial, algo que también sucede en lugares como Estados Unidos o Brasil.
La difusión de una idea o una convicción social también puede implantarse en la mentalidad de la población e ir imperceptiblemente pero sin pausa conduciendo a un cambio. El Español en contra de lo que pueda parecer en América no se hablaba por apenas población durante siglos, es en los procesos de independencia dónde se decide entre los países latinoamericanos adoptar en sus constituciones una lengua común para de alguna manera mantener la unión entre todos ellos y se opta por hacer lengua oficial el español y a partir de ahí si se extiende hasta ser la lengua de buena parte del continente hoy día.
Esto es lo que se intenta con la implementación de una única lengua pública de facto en Cataluña, que domina todos los espacios, actividades culturales, instituciones, medios de comunicación locales, escuela, etc,... al final la gente termina por ceder y plegarse, prueba de ello es que la transmisión intergeneracional del español se ha reducido a casi la mitad y la del catalán se ha incrementado. O que medio millón de hablantes han dejado de identificarse con el español su lengua materna, y el catalán crece varios cientos de miles.
Subestimamos el poder de 40 años de domesticación social, de inculcación de hábitos forzados por años y años de infancia en la escuela que van cambiando nuestra mentalidad sin darnos cuenta, la adaptación de la gente a una realidad inflexible por parte de las instituciones, la interiorización de ideas como que el catalán debe ser la lengua pública porque es minoritaria y supuestamente la exclusión de la nuestra es aceptable para su protección. Así pues en nuestro día a día, si no vives en Barcelona puedes ver como personas de lengua materna español acceden a los servicios públicos o cuando salen a la calle hablan en catalán, si no se han pasado ya hace tiempo, abandonando su lengua propia. Como inmigrantes o hijos de inmigrantes por ejemplo africanos que han recibido la educación en una sola lengua, te piden hablar en catalán porque lo dominan mejor. O bien como en un espacio social si algunos hablan catalán hace que los estudiantes en la inmersión cambien la lengua.
Todo esto se puede comprobar en el hecho de que el 70,6% de las conversaciones en Cataluña se empiezan actualmente en catalán... pese a que somos mayoría, al menos como lengua materna.
A lo largo de la historia ha habido fenómenos de cambios que pueden parecer asombrosos como por ejemplo la cristianización de Roma, la extensión del nazismo, o también el abandono de las religiones, todo esto se debe al trabajo ideológico, que en Cataluña lleva décadas implementándose, puede ser que ahora se esté generando rebeldía contra la dominación lingüística del catalanismo, pero los engranajes de la maquinaria social siguen funcionando, si no se rompen, a la larga la indignación pasará y seguirán moliendo las conciencias entre sus piñones. Si incluso se han recuperado lenguas muertas por simple voluntad, que no podrá hacerse por la fuerza, es cierto que el franquismo no pudo con el catalán pero había una ideología y una conciencia social, y esta sigue influenciando a todos los catalanes sin que tenga su reverso, con lo que puede ganar por incomparecencia a la larga.
Hasta lenguas muertas han vuelto a la vida, nada es imposible, la resurrección del hebreo se debió al empeño de un solo hombre, Ben-Yehuda, nacido en Bielorusia, toda su vida le acompañó el lema "Hebrero, habla hebreo!" y decidió usarlo como herramienta nacionalista para cohesionar social y culturalmente lo que llamaba la nación judía. Si lo pensamos se parece al lema que está acuñando el catalanismo, "catalán, lengua común y de cohesión social". Era el camino para la construcción de la nación en Israel que aglutinaba gente llegada de todas partes del mundo que no hablaban hebreo moderno, cuando llegó en 1881 no se hablaba, en 1922 lo hablaban 8 millones. De aquí también podemos concluir lo que se puede conseguir con muy pocas personas muy motivadas. Y que no debemos seguir creyendo la idea de que el español es invencible a pesar de leyes, gobiernos y grupos sociales organizados.
Nassim Taleb explica como las minorías se pueden terminar imponiendo a las mayorías, defiende que basta con que un 3% o 4% de la población mantenga una postura inflexible para que el resto de la sociedad termine dejandose dominar. Un ejemplo sería la comida sin gluten (aunque sea una intolerancia involuntaria por parte de algunos). Su ejemplo explica como la comida kosher se extiende por Estados Unidos, y sin que lo sepamos todas las bebidas en alguna zona cumplen las normas alimentarias judías, pese a que apenas hay judíos. Se basa en la intransigencia de la minoría y la flexibilidad de la mayoría, al final las interrelaciones sociales dan frutos inesperados, y muchas veces con rapidez inesperada. Otra condición que establece Nassim Taleb es que el coste no sea alto, es decir que la práctica minoritaria, a nivel ético, cultural o económico no cueste aceptarlo, esto terminará llevando al consenso y la asimilación, porque es más fácil ceder que rebelarse.
Haciendo ahora el paralelismo con la lengua en Cataluña, podemos ver unos factores en común, la implementación por la fuerza de la educación, la cultura local, la comunicación institucional, incluso el uso social del catalán, recordemos se inician en catalán el 70,6% de las conversaciones, llevan a la conclusión de que las interacciones sociales fruto de la inflexibilidad de un sector están cambiando desde hace mucho y con ello los comportamientos. Al final abandonar el español resulta una simple aceptación de la realidad, y la práctica que ya tienes en la mayoría de relaciones sociales. Y como decíamos medio millón de hablantes de lengua materna ya no tienen el español como lengua de identificación.
Además el coste se va reduciendo por parte del régimen catalanista para la población, de hecho rotular en bilingüe por ejemplo que es lo que se pide ahora sería más costoso económicamente o en tiempo y esfuerzo en la vida cotidiana. Porque en realidad el cambio de facto ya se ha hecho, la educación es en una sola lengua, los medios producidos en Cataluña, etc,... ya solo queda aceptarlo, y para cambiarlo hay que volver a generar un proceso invertido, y toda una serie de interrelaciones sociales. Aunque haya leyes la Generalitat no las cumple, y puede hacerlo porque la sociedad ya está domesticada, la insumisión a su comportamiento debería nacer de la propia sociedad. Hay que vencer un aparato estatal y unas fuerzas centrífugas que giran en sentido contrario que no deberían haberse generado ya, y les dejamos. Ahora se necesita nadar contracorriente, al menos da un poco de esperanza el volumen de hablantes a pesar del descenso y las ideas que han implantado entre los propios hispanohablantes.
Otro ejemplo lo tenemos en el País Vasco, que el 80% en primaria estudia solo en vasco, es decir, se genera el engaño de que se debe a la ley, y se minusvalora la realidad social, la respuesta es que desde la dirección educativa se limita los centros que imparten la lengua... y puede ser cierto, pero se vuelve a caer en el autoengaño, debería haber una reacción social y no la hay. Y todo eso se debe a minorías inflexibles, a concienciación social de que no es necesario estudiar en la lengua materna, de modo que mucha gente va a estudiar solo en vasco de manera voluntaria.
La conclusión es que sumando la ley, el poder, la fuerza, la presión social de una minoría lingüística, hay una serie de ideas que se han socializado que también son un problema que igual que un virus han ido impregnándolo todo. Por tanto, los cambios que se necesitan son mucho más importantes que luchar en los juzgados, o poner quejas a la administración, hace falta un movimiento cultural, una concienciación social mediante las interacciones personales, hace falta la difusión de ideas de una manera amplia, hace falta una voluntad de transmisión de una postura y que desmonte los argumentos del catalanismo y que propague una visión diferente de la situación.
Existen experimentos que demuestran que en los grupos de activistas si suman el 25% logran cambiar normas sociales en sus comunidades y el efecto es muy rápido en toda la comunidad, entre otros motivos se debe a que parte de la población se deja arrastrar por los más activos y decididos. Así pues hacen falta colectivos muy decididos, intelectuales, políticos, sectores culturales para acabar con la expulsión del español de los espacios públicos, son los que llevarán a cabo la confrontación y las acciones para cambiarlo mientras el resto lo seguirán. Así sucedió con la implantación de la inmersión, de hecho, y así se está haciendo en lugares como Valencia. En la enumeración del principio indicábamos como la dirección social está en manos del nacionalismo, ha ido controlando los puntos claves, universidades, escuelas, medios de comunicación, y a partir de ahí hace lo que quiere sin mucha oposición. Si a eso sumamos los gobiernos, y en Cataluña actualmente consiguen incluso que el gobierno estatal aplique las medidas que ellos defienden, basta con ver la presión sobre la ley de medios audiovisuales que va encarada a que también sea el estado el que aplique el cambio social, mientras aquí no respetan nuestros derechos lingüísticos.
Precisamente en el texto citado, se pone de ejemplo los modismos en la lengua, la interacción continuada hace que se terminen adoptando, o incluso se ejemplifica con la adopción homosexual, el trato con estas familias hace que cambie la percepción. Es ese nuestro objetivo para recuperar los derechos lingüísticos, que cada vez la sociedad tenga que interactuar con más personas que reclaman u opinan diferente para cambiar la percepción que extiende el catalanismo de que son victimas, o que su lengua está perseguida mientras ridiculizan la idea de que el español está restringido.
El objetivo del catalanismo es que llegue un momento que todo el mundo vea como razonable lo que ya se ha implementado desde el gobierno, y la gente se termine subiendo al carro, que más da, puedes hablar español en la calle, y así se satisface a la minoría intransigente y tenemos paz social, pero la consecuencia es la dominación social. Es por eso que hay que generar focos de resistencia hipermotivados que trasciendan el acto de opinar, tuitear, y pasen a la acción y conseguir la difusión social de ideas disidentes.