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Lengua mayoritaria y lengua minoritaria

Repite una mentira con suficiente frecuencia y se convierte en verdad, esta cita de un nefasto personaje es una práctica que en el tema lingüístico el catalanismo usa con frecuencia para crear una ilusión de verdad. Además el nacionalismo ya en si mismo tiene tendencia al uso de lenguaje limitado y repetitivo, con lo que la brevedad de sus hipótesis con poca base lógica se viralizan y replican infinitud de veces hasta formar parte de la impronta colectiva sin examinar mucho si tienen fundamento.

Algunos de los mantras lingüísticos del catalanismo son:
- Lengua propia
- El catalán está en peligro
- Si vienes a Cataluña tienes que aprender la lengua del país


Para combatir estos conceptos no basta con desarticular las sentencias mediante la lógica y la justicia, si no que para desactivarlas por completo hay que sustituirlas, generar unas nuevas ideas sintéticas y que el estribillo pegadizo del subconsciente colectivo resuene en una clave musical diferente y que no necesiten explicaciones complejas si no rápidas y efectivas. 

El concepto lengua mayoritaria y lengua minoritaria es una de las propuestas que hacemos, son ideas fuerza breves y contundentes que llevan una serie de connotaciones comunes a todos nosotros que sin explicaciones y razonamientos complejos ya son transmitidas de manera implícita. Lengua propia, ya lo contraargumentamos aquí, de Cataluña se puede contraponer con lengua propia de la mayoría de catalanes, o mejor incluso lengua mayoritaria de Cataluña, socialmente estamos condicionados a la aceptación de las mayorías democráticas, a validar su voluntad, y por supuesto a que nos resulte inconcebible no respetar sus derechos. Además la sensación de preminencia sirve de contrapeso a la que se pretende impulsar con el concepto de propia, y lo pone directamente en duda, como puede ser propio algo no mayoritario?


El concepto de lengua minoritaria, al mismo tiempo conduce por lógica a que no sea posible que en una sociedad se esté rotulando, estudiando o comunicándose con la población desde las instituciones solo con una lengua materna que pertenece nada más que a 3 de cada 10 catalanes. Como hemos explicado en otras ocasiones, mucha gente ignora que entre 2/3 partes y 3/4 partes de los catalanes son migrantes o descendientes de migrantes, y por tanto el catalán no es la lengua del territorio mayoritaria, si no todo lo contrario. Romper estos mitos es nuestro trabajo y la expresión lengua minoritaria nos ayuda de forma fácil y directa.

Es cierto que como contrapartida se da apoyo a la posición de que tiene que recibir protección al ser minoritaria pero nunca puede entrar en competencia con el respeto a los derechos lingüísticos de la mayoría. No se puede impedir el uso y excluir a buena parte de la población forzándola a renunciar a su propia lengua en los espacios públicos. Las lenguas no las queremos de adorno, las queremos para usarlas.

Por otra parte hay que defender que el catalán no está en peligro porque baje el porcentaje, ya que baja por la inmigración, el año pasado recibimos 100.000 nuevos inmigrantes, baja por el crecimiento vegetativo mayor entre la inmigración, pero eso no quiere decir que baje el número de hablantes. De hecho ahora hay 10 millones de personas que la conocen y actualmente el catalán tiene varios cientos de miles de hablantes más mientras el español ha perdido medio millón de hablantes de lengua materna que ya no la tienen como de identificación, con lo cual hay que asumir que el catalán bajará más cuando dichos hablantes recuperen su lengua materna.

Por último pero muy importante debemos rechazar de plano la expresión, lo normal cuando vas a un sitio es aprender la lengua de ese sitio, que parte de la falsedad que la lengua de Cataluña es el catalán, cuando solo es una de las lenguas y minoritaria, la lengua mayoritaria es el español, por tanto no se puede actuar como si esa persona no hubiera hecho ya el esfuerzo de venir aquí y aprender la lengua del país, porque ya lo ha hecho. Decir que hay que aprender la lengua del país, refiriéndose al catalán y ninguneando al español, supone rechazar de manera racista la lengua de la mayoría de catalanes.