Como explicábamos el español en Cataluña ha perdido medio millón de hablantes de lengua materna que en su etapa adulta pasan a identificarse con el catalán, esto es una prueba de que la inmersión realmente es sustitución lingüística auspiciada por el nacionalismo catalán, con por ejemplo acciones como no enseñar la lengua materna en la escuela de 0 a 3 años, 2 horas de 3 a 6 años, y 3 horas desde los 6 años. Es decir el sistema educativo autoritario nacionalista catalán suplanta a los padres en la escuela e introduce otra lengua de manera que hace la competencia directamente en la lengua materna que adquieren los niños. No cabe duda de que eso es un intento artificial de substitución directa que no sufren los catalanohablantes que tanto en casa con sus familias como en la escuela tendrán exclusivamente catalán.
Pero el punto de este texto es la transmisión intergeneracional que siempre es tomado como la clave para el futuro y demuestra la vitalidad de las lenguas, en este caso de una que ha perdido ya medio millón de personas identificadas con ella, mientras que el catalán no solo no pierde si no que incrementa. Las encuestas que hace la propia generalitat demuestran la ruptura de la transmisión intergeneracional, mientras con los abuelos habla el 55% en una lengua, los padres con los hijos que hablan en español se reducen a casi la mitad, un descenso salvaje no cabe duda, pero nuevamente se observa que el catalán no pierde transmisión intergeneracional si no que incluso lo aumenta.
El proceso de implantación de lengua única en la cultura, instituciones, rotulación de calles, medios de comunicación locales, el acceso a la educación nada más nacer, hace que los hispanohablantes plegándose a las exigencias para la "integración" que excluye de presencia al español salvo la televisión o el cine producido fuera de Cataluña y para el ascenso social pues las élites son catalanistas, vayan incorporando el catalán o incluso enseñándolo a los hijos renunciando al español. Es decir no se trata de normalización, se trata de hegemonía, dominación, exclusión, y en la medida que se puede substitución.
Para revertir esa pérdida de hablantes como lengua de identificación, habría que hacer un proceso de revitalización y de normalización del español entre sus hablantes como lengua materna, recuperando los espacios de uso que de manera autoritaria se está privando a más de la mitad de la población que se llevan a cabo de manera masiva. En todos esto la familia es crítica, os dejamos la gráfica de transmisión lingüística intergeneracional que habla por si sola y dónde se puede observar la diferencia de evolución respecto al catalán, para comenzar a hacer la reflexión.