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La hispanofobia, los oprimidos opresores y Laura Borràs

El nacionalismo catalanista utiliza la táctica del victimismo al mismo tiempo que ridiculiza y desprecia públicamente cualquier acto racista o discriminatorio de los que cometen todos los días y de forma estructural contra millones de catalanes. Por cada Guardia Civil que en un año puede protagonizar algún hecho excepcional, cada día durante horas 1.567.316 alumnos son forzados a estudiar en régimen de inmersión, de los cuales cerca de 1 millón les impiden usar su lengua materna, por ley, o violando la ley con las recientes sentencias, o yendo contra el derecho a usar el español. 



Es vergonzoso que mediante la anécdota (un belga que habla catalán en el aeropuerto o unos turistas en una obra teatral) se oculte una realidad masiva y diaria de discriminación y violación de derechos lingüísticos contra millones de catalanes. Así podemos ver como Laura Borrás se niega a responder preguntas en castellano y dice que para eso ya hay subtítulos, cuándo sabe perfectamente que el catalán es fácil de entender, la cuestión es que decide discriminar y marginar a la mayoría de catalanes hispanohablantes y la lengua común y mayoritaria de Cataluña, ya que los catalanohablantes solo son 3 de cada 10. Los borra, y los niega, no los reconoce, los pasa a considerar no-sujetos, los excluye y los desprecia hablando de subtítulos.


Todo este incidente con Laura Borràs siendo un cargo democrático que representa a todos los catalanes en el máximo órgano de decisiones. Todo esto delante de los medios de comunicación, de las televisiones, con luz y taquígrafos, no es un guardia civil puntual, es la presidenta del parlamento de todos los catalanes... y todo ello silenciado por la mayoría de medios. Podemos imaginar que ocurriría si Salvador Illa o Jessica Albiach se negaran a hablar en catalán si ocuparan el cargo? habría ríos de odio durante días, meses y años, se recordaría constantemente, tendría repercusiones enormes, llenaría programas de radio, televisión y diarios. Como puede ser que haya medios que normalicen la exclusión de millones de catalanes? a continuación lo analizaremos.




El comportamiento de los medios se explica, primero por la domesticación de la mayoría de hispanohablantes mediante la ley y el ejercicio del poder durante 40 años, la servidumbre que al principio es por la fuerza al final termina siendo mansa y voluntaria, y así no presionan a los medios ante la discriminación que so pena de enemistarse con su público les haría responder de otra manera. Para cambiar esto necesitamos difundir ideas, una campaña global e ideológica de alcance masivo, y tenemos que focalizarnos en multiplicar su repercusión por todos los medios.

Para cambiar esto necesitamos difundir ideas, una campaña global e ideológica de alcance masivo, y tenemos que focalizarnos en multiplicar su repercusión por todos los medios.


Y en segundo lugar por el relato generado durante décadas, amparándose en el pasado pero aplicándolo a una nueva situación y relación de poder invertida donde son la parte opresora. Gracias a la exclusión del franquismo del catalán en la escuela aunque a partir de los sesenta se podía estudiar una hora al día en las escuelas municipales, cosa que ya es más que lo que pueden hacer actualmente los hispanohablantes, se amparan en el victimismo. Les ha permitido construir una hegemonía discursiva que impide que cualquier político o medio crítico de las discriminaciones más autoritarias del régimen catalanista contra los hispanohablantes hace difícil mantener la posición sin ser forzado a retroceder. Aquellos que hacen críticas, con suerte se enfrentan a intentos coordinados, y normalmente con éxito, de obligarles a arrodillarse y disculparse.


Aquellos que hacen críticas, con suerte se enfrentan a intentos coordinados, y normalmente con éxito, de obligarles a arrodillarse y disculparse.


Por otra parte la discriminación estructural hispanófoba se trata de enmascarar con posturas aceptables, desde los políticos que defienden una sola lengua pública al racismo cultural como el del Grupo Koiné, del que la propia Laura Borràs firma manifiestos donde habla de colonos de Franco involuntarios, es disimulado con términos discursivos como libertad, democracia, derecho (de autodeterminación que ampara el nacionalismo excluyente) pero que se queda en lo meramente dialéctico, ya que en la práctica violan de manera cotidiana nuestros derechos lingüísticos. La única manera de que su larga represión que ya dura 40 años se mantenga por parte del régimen catalanista es mantener esta apariencia de legitimidad ideológica, es por eso que necesitan las falaces posiciones victimistas y múltiples acusaciones contra las víctimas de su régimen de exclusión lingüística. Y es por eso que pueden salir en la televisión como cargos institucionales excluyendo a millones de catalanes y salir airosos.


Y es por eso que pueden salir en la televisión como cargos institucionales excluyendo a millones de catalanes y salir airosos


Las tramposas acusaciones de colonización o de persecución de su lengua minoritaria por parte de pobres hispanohablantes en una región rica dónde ejercen el poder y la exclusión de la mayoría, conformada por millones de hispanohablantes, se convierten en la herramienta de los reaccionarios catalanistas, que excusan la opresión de los hispanohablantes en una supuesta defensa contra ningún agresor, solo contra personas que cometen el delito de querer disponer de iguales espacios de uso de su lengua materna, hacia el catalán. Este discurso termina siendo comprado por medios e incluso izquierda, ya que no hay una respuesta suficientemente contundente y explicada por parte de aquellos a quienes someten. Además de la táctica de ridiculización ante la denuncia de la exclusión y discriminación estructural del hispanohablante en Cataluña, les sirve para sembrar confusión, y en el peor de los casos, para crear la percepción de que todo solo es un asunto turbio, que permite continuar con la opresión sistemática del hispanohablante, ante la visión escéptica del resto.




De esta manera el nacionalismo catalán pretende expulsar del espacio público el español, como ha hecho Laura Borrás, para tratar de homogeneizar a la mayoría de catalanes, y privarles de los espacios de uso y representación institucional de su lengua en su propia tierra, en torno a la idea de un idioma publico único que se supone representa una identidad nacional, pero generado en torno a un grupo cultural minoritario que mediante los partidos nacionalistas abusa del poder y que lo retiene como cualquier grupo racial o religioso marginando al resto de la comunidad y excluyéndola de la dirección social.