Y he aquí que CTXT tras dedicarse afanosamente a explicarnos el rojipardismo, la mezcla de valores de derecha con ideas de izquierda, le da la voz a Pablo Iglesias para que didácticamente nos ejemplifique el mismo en que consiste experimentando en su propia persona. Así pues asume el ideario de todo nacionalismo, incluido el españolista, que niega la diversidad de las comunidades humanas, constituye Cataluña en nación y bobaliconamente nos habla de un estado plurinacional.
Y aquello que tanto le está costando a la humanidad alcanzar, la comunidad humana inmersa en la idea de que ni las razas, ni las religiones, ni los sexos han de ser determinantes en el funcionamiento de los grupos humanos. Lo destruye de un plumazo con creencias y absurdos basados en que unas tradiciones, algún supuesto rasgo cultural, que no es más que un grano de arena en la infinidad de los que conforman un ser humano determinan que debemos segregarnos por espacios separados y de organización tal como habría que repartirse los asientos del autobús o los baños públicos en otras épocas, eso sí, por supuestas identidades nacionales homogéneas inexistentes. Pero la realidad es mucho más compleja.
Así Pablo Iglesias voluntario como conejillo de Indias decide que debe guiarnos a la fantasía, la realidad fanática de las naciones de las maravillas. Catalanes todos, en Cataluña solo hay muy catalanes y mucho catalanes, todos hablan la misma lengua, todos bailamos sardana y somos un solo pueblo. Y de repente más de la mitad de todos los catalanes, que ni siquiera tenemos el catalán como lengua materna, solo 3 de cada 10 catalanes la tienen, nos volvemos invisibles para él. Pero afortunadamente como el invisible gato de Cheshire todavía podemos poner sensatez, servir de guía y dar orden al caos provocado por el sacrificio ejemplarizante del rojipardismo de Pablo.
Ha de saber Pablo que en Cataluña no somos todos pitufos, todos de color azul, y todos varones, salvo una. Tampoco tenemos una sola lengua, o una cultura, la idea de nación para Cataluña carece de toda consistencia, es un constructo ajeno a la realidad, una ficción. Esto no es una partida de ajedrez, o mejor, de parchís, entre múltiples equipos de colorines. Llega tarde Pablo, más de un siglo tarde, Cataluña es esencialmente inmigrante, casi 3/4 partes de la población son migrantes o proceden de la migración. Negar esa realidad es racismo, racismo cultural, quienes hablan catalán, están mezclados entre la población a lo largo de todo el territorio, si es que eso debiera definir algo, porque una comunidad humana es diversa y no debería. Abandone toda idea de que Cataluña es una nación, incluso aceptando su nacionalismo sería también plurinacional, pero tan mezclada que sería imposible segregarla dentro de si misma, como usted pretende con Cataluña, es más incluso el catalán como lengua está en otros territorios de España también revuelto y desordenado.
Es sumamente divertido, y nos carcajea leer como nos plantea la posibilidad de que gobierne la derecha y extrema derecha en España, y diga que la solución es el mismo nacionalismo que en Cataluña hace que suceda... exactamente eso!. La extrema derecha ultranacionalista que nos llama colonos a los migrantes pobres, colonos de Franco, tiene hasta la presidencia del parlamento, y las consejerías más importantes. Dice usted que el discurso lo controla la derecha en Madrid, quién cree que controla Cataluña? o quién el País Vasco? la derecha desde hace 40 años, son los territorios que han dominado más tiempo desde la democracia.
Al mismo tiempo olvida que antes de caer en manos del nacionalismo identitario catalán que quiere convertirnos a todos en peones idénticos en su juego, el pueblo catalán, la mayoría de la clase trabajadora catalana (pues el independentismo es de las clases medias altas principalmente) prefirió echarse en manos de Ciudadanos. Debería usted reflexionar si no está provocando justo lo que desea evitar, si todo el discurso tibio o de nacionalismo, no nos ha conducido a esta situación. La idea que nos plantea de que Cataluña se convierta en el territorio privativo de un grupo no respetuoso con la diversidad catalana que efectos puede tener aquí y el resto de España. El poder absoluto que quiere dar a la Cataluña nacionalista y que no respeta la diversidad que usted pretende respetar con la plurinacionalidad. No entiende usted, que a nivel interno en Cataluña se dirime la misma cuestión?
Sepa que el resultado va a ser, la progresiva pérdida de voto de los partidos de izquierda a nivel de España, y el auge de la derecha, estamos en esta situación por eso, la derecha española puede llegar a gobernar por eso. No es la plurinacionalidad que propone la solución, y el poder para los identitarismos, si no el origen de su problema planteado en su artículo.
En Cataluña actualmente hay una mayoría de población privada de espacios de uso de su lengua, privada de desarrollo cultural, privada de instituciones, privada de participación en la dirección social, privados de nuestra lengua materna en la escuela, por un gobierno etnocrático que margina a los catalanes invisibles para usted. Ahora mismo las competencias educativas en manos del catalanismo es una herramienta de opresión contra la mayoría de catalanes hispanohablantes que queremos los mismos derechos que los catalanohablantes, pero ustedes por el apoyo que necesitan para el poder, no les importa.
No lo puede ver todavía, pero en Cataluña estamos cansados de la inmersión, y las vanguardias catalanistas en Podemos y PSC no representan realmente lo que quiere la población, que por cierto, sepa usted que el voto no independentista votó más a la izquierda que el voto independentista.
Le recomendamos que tome usted la pócima adecuada para volver a su tamaño normal, y que demasiado grande puede aplastar la diversidad a nivel de toda España, pero demasiado pequeño, viendo esa Cataluña tan pequeña como la ve usted tampoco respeta a la mayoría de catalanes. Y que ni unos ni otros, ni la España, una grande y libre, ni la España donde el nacionalismo catalán tenga el control vía confederal, es el mundo fraternal que deseamos, todos deben retroceder posiciones, y el catalanismo no es el bueno de este cuento, si no que es el que pide que se le corte la cabeza a toda la Cataluña que no encaja con su idea de identidad. Con lo que se va a encontrar es con una revuelta por no tener usted suficiente imaginación, para imaginar una convivencia que supere a todos los nacionalismos, incluído el catalán.
La solución es, una comunidad humana dónde se respeten los derechos de todos, y no haya grupos dominantes. Despierte de su sueño absurdo que es nuestra pesadilla.