Los catalanes hispanohablantes debemos ser conscientes que el futuro de nuestros derechos lingüísticos en Cataluña depende de los migrantes. En el siglo XXI hemos aumentado la población en 2 millones de habitantes. La gran mayoría son migrantes y muchos no proceden de Hispanoamérica. El último año la población de Cataluña ha incrementado en 140.000 habitantes por la migración, el 40% de catalanes de 25 a 40 años son nacidos en el extranjero. Los migrantes son decisivos lingüísticamente en Cataluña. Es una realidad irreversible, debemos aceptarla y no infravalorarla.
Esto nos conduce a las aulas de acogida para migrantes en las escuelas monolingües de Cataluña, están diseñadas para "facilitar la integración lingüística y cultural" en el entorno catalán, mejor dicho, un entorno monolingüe en catalán y que tiene efectos perjudiciales en la adquisición del idioma español y también en tenerlo como primera lengua.
Se aísla a los niños de todos los países del mundo que hablan diferentes idiomas y no se entienden entre ellos para hablarles solo en catalán, se les enseña una lengua que hace de lengua común entre ellos para que empiecen a relacionarse y crear amigos, dándoles la visión de lengua de cohesión. De hecho los niños que salen de las aulas de acogida terminan diciendo que el catalán les ha ayudado a hacer amigos, una de las cosas más importantes para un niño. Se les enseña que la lengua de Cataluña es solo el catalán.Y a los niños que son hispanohablantes les enseñan que su lengua no es válida, es como las zapatillas para andar por casa, pero no es para ser alguien en la vida. Un niño de Colombia podría perfectamente incorporarse a la escuela en español y no perder cursos, pero les obligan al catalán de manera que termina yendo más retrasado que sus iguales o sacando peores notas. Se le hace sentir complejo de su lengua, verla como un problema, como una dificultad.
En los años 80 se uso como excusa de la inmersión el aprendizaje del catalán, porque la mayoría de migrantes eran hispanohablantes, hoy día no se usa como excusa para hacer una inmersión bilingüe el hecho de que muchos migrantes no son de familia hispanohablante. Sería lo justo, ya no se puede decir que el español se aprende en casa y es la lengua principal a su alrededor. Si un niño procede de Gambia y Senegal, es posible que hable Wolof en casa y con su familia, en la calle según la zona de Cataluña oiga catalán o español en cierta proporción, y tenga la escuela solo en catalán. Es obvio que necesita inmersión también en español, puede incluso que necesite más español que catalán.
Solo una escuela también en español permitirá a los niños migrantes tener igualdad de oportunidades y esto debemos usarlo para que mientras siga la inmersión tengan apego al español y se esfuercen por practicarlo fuera de la escuela, y también como punto de palanca para suprimirla. Debemos conseguir que los migrantes también reclamen educación en español para proteger su futuro.
Mientras, las aulas de acogida y su entorno monolingüe en catalán limitan gravemente la exposición de los estudiantes al español, reduciendo las oportunidades de practicar y dominar este idioma, lo que es crucial para adquirirlo como una primera lengua. Normalmente uno termina adoptando la lengua en la que se siente más seguro porque la domina más, y esa será la lengua de la escuela.
Además el recién introducido programa acelerado de las aulas de acogida es todavía peor, hace que pasen 30 horas a la semana hablando solo en catalán, niños de Afganistán, de Brasil, de Rusia, de Ucrania, etc, son aislados en una burbuja nada más llegar para que su primer impacto lingüístico sea el catalán y en casa la lengua de su país.
Además en estas aulas aceleradas se va a separar por lengua bajo la excusa de que los niños hispanohablantes aprenden más rápido aún, por lo que se elimina a los niños que hablan español del entorno de los niños de África, Asia o Europa. Un punto añadido para reforzar la idea de que el catalán es la única lengua de cohesión, no vaya a ser que en los ratos libres vean que hay un grupo importante que habla español y decidan hablarlo.
En cambio el programa no acelerado es con un tercio de horas lectivas dedicadas al catalán y dura todo un curso. Se les hace saber que su futuro educativo depende del aprendizaje del catalán, que solo así evitarán el fracaso escolar, por tanto que lengua van sus padres a animarles más a hacer suya? está claro que no será el español.
El impacto de las aulas de acogida en la identidad lingüística es nefasto, promueven el catalán como la lengua principal de integración (dominación) y desplaza el español como una lengua de uso cotidiano y personal.
Además se les limita el acceso a recursos en español, se le priva de materiales educativos, actividades extracurriculares y apoyo lingüístico en español, dificultando la adquisición de competencias sólidas en español.
Los estudiantes migrantes no hispanohablantes que no adquieren un dominio sólido del español pueden estar en desventaja competitiva en áreas como el mercado laboral y la educación superior, donde el español todavía tienen presencia a pesar de que ya está siendo arrinconado gravemente
Además la falta de presencia de español puede conducir a limitar sus redes sociales y participación comunitaria de manera que participen solo en grupos de amigos catalanohablantes y en actividades de entorno solo catalanohablante. Y terminarán exponiéndose menos a medios de comunicación, literatura y cultura en español, afectando su conocimiento y apreciación de la diversidad cultural de Cataluña.
