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Bullying lingüístico contra hispanohablantes en las aulas y el Polonia de TV3

Justo unas semanas después del sketch ultra de TV3 en el programa Polonia, mostrando una situación absurda e inventada donde toda una clase terminaba hablando español en clase de catalán, desde y al amparo del humor reaccionario, para ridiculizar cualquier reclamación hispanohablante y mostrarlos como intolerantes, se hace pública la denuncia de Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) que muestra una realidad justo al revés. Un niño presuntamente (presunción extensible al resto del artículo ya que la alta inspección deberá recabar las pruebas, si no se niegan por conveniencia política) acosado al que se le niega la educación y se le ignora por expresarse en español, si se estigmatiza estas situaciones desde la televisión pública amplifica y facilita el acoso social.

Esperem de tot ❤️ que els vostres exàmens hagin estat més tranquils!😖#Polònia3Cat pic.twitter.com/seX2Vzv69O

— Polònia (@polonia3Cat) June 6, 2024

La denuncia sucede en Esplugues de Llobregat, en el centro Isabel de Villena, es la punta del iceberg, todavía se denuncia poco por el miedo, la vergüenza y estigmatización social (esta es la consecuencia del objetivo del vídeo del Polonia), el temor a represalias de los profesores de la escuela, la falta de confianza en el sistema educativo y el gobierno étnico catalanista y la insuficiente sensibilización y apoyo institucional para las víctimas. Estos factores combinados crean barreras significativas que disuaden a los niños hispanohablantes de reportar el bullying lingüístico.

Mientras la Delegación del Gobierno en Cataluña solo cuenta con una persona que trabaja en la Alta Inspección de Educación este 2024. El año pasado contaba con tres personas y lo han reducido a una. Una persona para ocho millones de habitantes. Estas medidas del gobierno de España por cuestiones políticas, permiten la indefensión de los niños hispanohablantes en la Escuela en Cataluña.



Los detalles podéis encontrarlos en la noticia, un niño en primero de la ESO empieza a ser ignorado por una de las profesoras delante de la clase por hablar en español. Y no, la clase no era en catalán como en el vídeo del Polonia, en esas clases el niño se expresa en catalán también. No se harán sketches sobre este tema, no saldrá en un programa de televisión, y si lo hace se habrá creado un caldo de cultivo en contra, se premodela la opinión pública para responder con el descrédito o la etiquetación de los denunciantes. Se estigmatiza como cuando vas a presentar una denuncia por violación.

Veamos lo que sucede. Escarnio público, delante del resto de la clase el niño es estigmatizado negándose a responderle y en ocasiones diciéndosele que no se entiende. El acto de violencia psicológica con un solo niño es una advertencia para todos, se les muestra las consecuencias de su identidad hispanohablante en un aula, tiene una intención disuasoria y aleccionadora para que el resto de niños se autorepriman y ejercer la dominación cultural sobre el resto. No se necesita aplicarlo a todos, con uno basta. El escarnio genera efectos psicológicos y emocionales negativos y daño a la reputación y dignidad. 


Humillación y vergüenza, se le ridiculiza y humilla frente a otros generando sentimientos profundos que merman la autoestima y el bienestar emocional del niño, no se siente bien en el aula, ya no es un espacio seguro para su identidad lingüística. 

Estrés y ansiedad en altos niveles que merman sus resultados educativos, sus estudios se ven perjudicados, el niño se siente constantemente juzgado y cada vez que se expresa en la clase teme más humillación, en ese momento o en el futuro y otros espacios. Se trata de violencia psicológica que es una forma de abuso que tiene efectos devastadores. Afecta la salud física y mental, aumentando el riesgo de enfermedades debido al estrés crónico. 

Se viola su dignidad e impacta en su reputación, la vida personal y social del niño se perjudica. En la noticia se relata como el niño empezó a recibir castigos exagerados e injustos por cualquier motivo y se le culpabilizaba por todo, negándole ser tratado con respeto. Se le condena al rechazo social ya que otros niños si se relacionan con el tienen miedo a ser asociados con la humillación y sufrir también el juicio público. Al hacer que se le perciba
 negativamente, afecta a su red de apoyo y sus oportunidades.

Es Bullying lingüístico, fomentado desde una posición de poder en el aula, la del profesor y de manera pública, se enciende la mecha para generar un efecto reguero de pólvora que se extienda. Esta humillación pública puede llevar a enfermedades como la depresión o incluso situaciones más extremas como hemos visto recientemente. Es más grave cuando se trata de una profesora, tiene un efecto de ejemplarización, se anima al bullying públicamente, si lo puede hacer una profesora, entonces es que está permitido. Y en el caso citado se relata que ha sido presionado en algún momento por otros profesores y algunos compañeros. Promueve un entorno de hostilidad y desprecio y anima al resto a coaccionar lingüísticamente.

Le llamaba Jordi para molestar cuando su nombre propio y sentido es Jorge. Se hacen leyes para cambiar los nombres prohibidos por el franquismo en el registro civil, se reconoce el derecho de los transexuales a usar su nombre sentido. Pero se usa como violencia psicológica en el caso de los hispanohablantes. A quien no le habrán cambiado el nombre múltiples veces, recuerda a los nombres de los esclavos afroamericanos que recibían el nombre de su esclavista perdiendo los propios. Contra los hispanohablantes todo está permitido

La profesora ignora al niño y no le aclara las dudas. Le niega la autoestima educativa perjudicando sus estudios, pero además representa el rechazo social y se induce a aislamiento, el ostracismo. Es una muestra de rechazo colectivo muy dañina, ya que en los seres humanos la vida comunitaria es imprescindible. Se usa para neutralizar su identidad lingüística. Si hablas español no existes. Es una forma de control social.

La inmersión en catalán en la escuela en general es una herramienta para debilitar el tejido social de la comunidad al reducir la cohesión y la solidaridad. En este caso solo se le respeta cuando se renuncia a su identidad y cede hablando en catalán. Además se le niega la identidad cultural, diciendo que es una escuela "catalana", en sentido excluyente porque los hispanohablantes somos la comunidad mayoritaria de Cataluña.

Al final la mayoría de niños hispanohablantes consienten la exclusión de su lengua, nuestro deber es sembrar la semilla de la rebelión y la insumisión. En este caso han decidido buscar otro centro de estudios en Barcelona que está mucho más lejos, debido a la impunidad de la profesora ante las denuncias reiteradas que ya se producían el curso pasado. Las consecuencias psicológicas probablemente acompañarán al niño toda su vida afectando sus logros académicos.