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Destruir los símbolos catalanistas

El catalanismo y también la izquierda en España ha socavado cualquier símbolo español hasta hacer sentir vergüenza, y este última ha simpatizado con los nacionalismos periféricos a los cuales idolatra. Afirman cosas como "que envidia los vascos", "ojalá ser catalán", cayendo en su propaganda. La consecuencia es que cualquier cosa que lleve el adjetivo español tiene connotaciones negativas. Se siente desprecio hacia la política española, se minusvalora hablar español e incluso se defiende la inmersión.

España se ve como atrasada, corrupta, incívica, desprestigiada culturalmente, etc. Y se rechaza los símbolos españoles, bandera, himno, identidad. (tampoco pretendemos exaltarlos). En los territorios de nacionalismo periférico, el ambiente hostil lleva a que la población hispanohablante se retraiga, no reivindique, no se reafirma, no se proteja y acepte reducir sus derechos dócilmente. La búsqueda de evitación del conflicto con este racismo cultural otorga el dominio social y la desaparición del espacio hispanohablante al cual se renuncia.

Habrá reacios a destruir el orgullo identitario y símbolos catalanistas, incluso porque los sienten suyos, o porque han luchado por una pertenencia dentro de un territorio del que ya se sienten parte a pesar de un grupo social que rechaza su identidad lingüística, o porque no quieren que se apropien de ellos los catalanistas, o porque consideran que es una confrontación. Pero es necesario, no estamos en una situación normal, no basta una actitud pasiva o incluso defensiva, en País Vasco ha llevado a la derrota, Bildu casi es el primero y junto con PNV tienen una arrasadora mayoría social, dominio de las calles y de las instituciones. No repitamos errores, todo lo que no sea rechazo activo y construcción a la contra del orgullo catalanista juega a su favor mientras les deja manos libres.

Dar la vuelta a la situación requiere que el catalanismo se avergüence de existir y que nadie quiera formar parte de ese grupo, destruir su orgullo de pertenencia cada día. Debemos proscribir los Símbolos Catalanistas vinculándolos con el racismo cultural y la exclusión, con el objetivo de transmitir un mensaje contundente de resistencia y rechazo a la homogeneización cultural y a la imposición de una identidad única, fomentando el debate sobre la necesidad de una sociedad más inclusiva y diversa que respete todas las identidades y voces.


Algunos de los símbolos a proscribir:

Banderas Nacionalistas.
La Cruz de Sant Jordi, o el Ave Fenix ya se asocian al fascismo, el principal objetivo sería la Estelada que se vincula a las políticas catalanistas y sus actitudes que marginan a los hispanohablantes y otras minorías. Contra la insistencia en la inmersión lingüística y relegar el español se debe fomentar la asociación de su bandera con la exclusión cultural que favorece una identidad sobre otra, y como creadora de un ambiente donde los que no comparten esa identidad se sienten discriminados. Hasta que la gente sienta rechazo de la estelada.

"La Estelada Excluye, No Une", "La bandera de la exclusión no representa a todos los catalanes", etc, pueden ser algunos de los lemas. Incluso la señera debe ser proscrita como nacionalismo banal, se supone que si es de todos, pero en la práctica refuerza el sentimiento catalanista y juega en contra. Cuanto menos catalanismo en las calles mejor y allí donde se pueda criticar la presencia de la bandera como un acto nacionalista, debe hacerse.

Hasta el punto que las personas se sientan incomodas y sientan que van a tener problemas si salen con una bandera catalanista a la calle o con una camiseta de la selección catalana, porque les pedirán o impelerán a guardarlas, porque si las ponen en carteles los arrancarán, o porque recibirán numerosas críticas negativas, y tendrán al menos a media Cataluña en contra. Se debe sentir un perjuicio palpable. Que no se atrevan a ponerla en la carrocería del coche como pegatina, en un escaparate, en un letrero público de la administración. Y que las personas eviten su uso para no tener problemas.

Por supuesto hacer quemas de banderas esteladas. Quemar una bandera es un acto simbólico poderoso contra el nacionalismo porque desafía directamente los símbolos de poder y autoridad que los catalanistas utilizan para promover su ideología. Este acto puede servir para desmitificar y deslegitimar la iconografía catalanista, mostrando que los símbolos no son sagrados y que la oposición a la opresión y la exclusión es válida.

Himnos.
el himno catalán es particularmente excluyente, analizando la letra se ve como crea un "ellos" y nosotros" agresivo que incita a la división y hostilidad y que exalta la homogeneidad étnica que no representa la diversidad ni la pluralidad cultural de Cataluña que hoy día es mestiza. Contiene imágenes y frases que animan a la violencia y se puede asociar fácilmente con el ultranacionalismo. Debe ser pitado y abucheado.

Además se centra en una narrativa específica de resistencia y afirmación de la identidad catalana, una identidad excluyente evocadora de una Cataluña blanca y medieval nada que ver con la Cataluña real, moderna y multicultural. Los hispanohablantes y otras minorías culturales dentro de Cataluña pueden sentirse marginados por un himno que no refleja su experiencia o identidad, reforzando una división cultural y étnica en lugar de promover una comunidad inclusiva. Está solo hecho en catalán no reconoce por tanto la dualidad lingüística de Cataluña, se puede criticar con lemas como: "Un Himno para todos", "Un himno, dos lenguas".

Monumentos históricos.
Estatuas, edificios, muchos de ellos están vinculados al dinero esclavista o colonialista, debemos contextualizar en la historia, denunciar los que están dedicados también a racistas o identitarios catalanistas. Exponer que glorifican un pasado excluyente y que no representa las comunidades diversas que construyen la sociedad. En las noticias vemos como las estatuas de colonizadores en América son vandalizadas, advertimos que esto puede implicar consecuencias legales a las que no animamos, pero es algo que los activistas llevan a cabo.


Símbolos Catalanistas variados, fiestas, actividades.
Todos los símbolos deben ser boicoteados, criticados, creando un discurso público que los evidencie como falsos, muchos son de invención reciente, o perniciosos como el de la Flama del Canigó que fue creado y promocionado durante el franquismo por una asociación Omnium con fascistas entre sus fundadores. Otros símbolos como los Castells, la sardana o los correfocs, o tienen orígenes no catalanes, son recientes, o son importados. O tampoco son exclusivos de una determinada región. Otros son auténticas barbaries como por ejemplo los correbous. Es preciso documentarlo y difundirlo hasta que no quede ni un catalán sin saberlo.

Saludos.
Por ejemplo los cuatro dedos levantados simbolizando las barras de la señera se pueden asociar con el saludo fascista, de hecho muchos grupos del 33, Cataluña Catalana (el 33 es por la CC que es la tercera letra del abecedario), ya lo usan. Visibilizar y proscribir este saludo.


Nombres de calles, edificios o universidades, en honor a figuras catalanistas.
Denunciar la falta de presencia de nombres de catalanes hispanohablantes o migrantes, reclamar que reflejen la diversidad y la historia inclusiva de la Cataluña real. Si somos más de la mitad deberíamos tener una representación equivalente. Y por supuesto reclamar eliminar nombres como Pompeu Fabra que era un racista que decía que los migrantes venían a degenerar el pueblo catalán y defendió la creación de un instituto eugenésico catalán, o los de esclavistas, genocidas, colonialistas, catalanistas, etc.

Al mismo tiempo proponer cambiar los nombres por otros que reflejen la diversidad, como escritores catalanes en español como Boscán, Juan Marsé, etc, y que provoquen rechazo entre el catalanismo por no representar la única identidad cultural y lingüística que aceptan. Los cambios de placas simbólicos poniendo unas nuevas es alguna estrategia que han adoptado activistas. Esta visibilización de su rechazo nos ayudará a mostrarlos como intransigentes y excluyentes.

Necesitamos crear además materiales educativos que expliquen el origen y el impacto de los símbolos catalanistas fomentando una comprensión crítica entre todos los catalanes hispanohablantes. Debemos discutir el significado de estos símbolos y explorar alternativas. También necesitamos diseñar carteles, infografías y vídeos de denuncia, apoyar proyectos artísticos que reinterpreten y cuestionen los símbolos catalanistas, promoviendo mensajes de diversidad y unidad.

En definitiva promover Activismo político contra los símbolos catalanistas.