La minoría lingüística catalanista está decidiendo y restringiendo deliberadamente los derechos lingüísticos de los hispanohablantes catalanes. No podemos cerrar los ojos y negar la realidad, fingiendo que no hay directrices étnicas discriminadoras y nacionalistas. Debemos denunciar y deslegitimar las decisiones que la comunidad catalanohablante está tomando aprovechando el sistema formal democrático y la coyuntura política. Y pasar a reclamar como hispanohablantes el poder de decisión sobre nuestra propia vida y derechos. Basta de negociaciones, de súplicas, de esperas eternas a que cambie la política. Los derechos no se piden. Se ejercen. Lo contrario es un régimen autoritario bajo la apariencia de democracia, es decir democracia iliberal como Viktor Orbán.
El español es la única lengua de España que no tiene ninguna ley específica para evitar su minoración en las regiones con dos lenguas oficiales y fomentar su normalización. En multitud de ámbitos esta ausencia sumada a la legislación autonómica discriminadora en sentido contrario ha terminado resultando en la aplicación de políticas de marginación. Además no existen órganos garantistas y de supervisión de los derechos hispanohablantes. La descentralización en España ha provocado una absoluta indefensión.
Igual que las mujeres deciden sobre el aborto sin que los hombres puedan impedirles ejercer su derecho, con este símil dejamos claro que los hispanohablantes no pueden perder sus derechos a manos de los catalanohablantes. Nuestra lengua, nuestra decisión. Que nadie suplante nuestra voz. Nosotros decidimos sobre nuestra educación, sobre nuestra vida. Que los catalanohablantes no decidan por ti.
España ha firmado la Carta Europea de lenguas minoritarias, e increíblemente no se reconocen al español en Cataluña, en absoluto o inadecuadamente estos mínimos derechos como:
- El derecho a educación desde preescolar en español (ni siquiera en la guardería).
- El respeto a su lengua por la administración catalana que en la práctica no se cumple.
- Medios de comunicación locales en español (la gran mayoría son de fuera donde no participamos y en Cataluña 100% en catalán).
- Promoción y producción de cultura local en español (no solo importada del resto de España).
- Uso en el ámbito comercial y económico (la rotulación es inexistente).
- Enseñanza universitaria (hay un plan para restringir nuestra lengua al 10%).
- Protección de nombres y toponimia en español.
- Participación en la toma de decisiones
Y este último punto, la participación, es muy importante. En la Carta de Lenguas Minoritarias se reconoce el derecho a participar en las decisiones que les afectan, incluyendo la consulta y la participación en órganos representativos... de dónde en la práctica los hispanohablantes están excluidos. El español se ve en la misma situación de una lengua minoritaria, pero no tiene sistemas de protección como estas.
Las causas de que sea posible que el español sufra como una lengua minoritaria entre otras son:
- La herencia de opresión del franquismo que impide analizar con unas nuevas gafas la actualidad racista en Cataluña (tal como pasó del holocausto judío al estado sionista de Israel).
- Cataluña no tiene ley electoral propia con lo que las regiones más catalanohablantes están sobrerrepresentadas y a pesar de ser minoría sus partidos etnicistas alcanzan el poder
- Los partidos más hispanohablantes que son mestizos y diversos están condicionados por los catalanohablantes, si llegan a gobernar se ven obligados a renunciar debido al eje izquierda-derecha que no existe en el catalanismo y les impide tener mayoría sin los catalanistas de "izquierdas".
- La menor participación hispanohablante en la organización social y política fomentada por décadas de exclusión que les hace no sentirse representados, así como la designación política excluyente de cargos en toda la estructura social por los catalanistas.
- El gobierno estatal secuestrado precisa de una pequeña cantidad de votos y sacrifica a los hispanohablantes de Cataluña para lograr el poder político
- Toda una base ideológica y propaganda catalanista lingüística asentada durante cuarenta años difundida por gobiernos, periódicos, televisiones, entidades que influye en la opinión pública.
- Puestos de dirección social como el profesorado copado por catalanistas entre otras cosas por medidas favorecedoras a los catalanohablantes para acceder a la profesión, con la inmersión se vieron expulsados 14.000 profesores hispanohablantes del sistema educativo catalán. Esto sucede en muchos otros ámbitos.
Para impedir que una minoría étnica con poder político restrinja los derechos lingüísticos del resto de la población, es crucial abordar el problema desde varios ángulos: político, legal, social y educativo. Es de vida o muerte que lo hagamos ya. En pro de la igualdad de derechos lingüísticos violada por el catalanismo. En pro de la cohesión social, la política forzosa y discriminadora de la Generalitat la pone en peligro generando tensiones sociales y divisiones. En pro del enriquecimiento cultural de Cataluña, que actualmente se está cerrando dentro de una burbuja donde solo riega una lengua y cultura, e incluso aísla del exterior fomentando que se reduzca lo que llega del exterior. En pro de la Justicia democrática, no hay democracia si no se garantizan derechos o si el sistema por diversos factores minoriza a la comunidad mayoritaria.
Aquí van las propuestas:
1 - Reforma electoral:
Es la LOREG la que rige el reparto de diputados en Cataluña, mientras todas las comunidades autónomas tienen una ley autonómica adaptada a la realidad poblacional de cada provincia. El estado debe cambiarla para las comunidades autónomas específicamente, para que rija en su defecto hasta que tengan que crear una nueva en Cataluña. Podemos hacer campañas de concienciación para informar y educar a la población sobre las injusticias de la ley actual para generar presión social y política para la reforma. Hay que acercarse a los partidos y organizaciones para impulsar estos cambios, se necesita Lobbying político de los hispanohablantes.
2 - Acciones legales:
Se precisa un laboratorio de abogados y juristas, que estudien todas las posibilidades, tanto ante tribunales nacionales, como internacionales, como tribunales de derechos humanos, etc, para denunciar. Debemos también impulsar leyes y modificaciones que protejan específicamente los derechos hispanohablantes.
Para evitar que se haga una ley que aprovechen los nacionalismos para dañarnos más hay que hacer hincapié que somos la única lengua que no tiene ley específica, para que trate solo sobre el idioma español. Hay que recordar que por ejemplo Francia tiene la Ley Toubon desde 1994 y su principal objetivo es proteger y promover el idioma francés en la vida pública y privada (si, también) en Francia. Quizás se pueda intentar una ILP (iniciativa de ley popular) como en Valencia, para meter presión y que no parezca vinculado a la derecha exclusivamente lo cual puede generar oposición.
Para elaborar todo esto, es necesario que desde un inicio se haga una lista de reivindicaciones compleja y extensa que afecte a todos los ámbitos sociales desde las entidades hispanohablantes para definir la legislación protectora.
3. Sistema de Garantías:
Se necesita un Comité hispanohablante que debe ser consultado sobre como les afectan las leyes actuales y futuras. Un sistema de escucha de las entidades hispanohablantes en todas las instituciones y del poder legislativo catalán. Una Oficina hispanohablante de no discriminación. Organismos de control estatales en temas lingüísticas de todas aquellas competencias transferidas a la Generalitat, con potestad ejecutiva, de inspección, de sanción, y de cancelación de medidas o impugnación de leyes injustas. Con oficinas delegadas en Cataluña con sus propia financiación para hacer acciones, independientes de la Generalitat como ocurre con inspección de trabajo, el SEPE y el SOC, etc.
4. Observatorios, índices y encuestas de los intereses hispanohablantes:
El INE (Instituto nacional de Estadística) que todavía está en Cataluña debe hacer mediciones y encuestas de los intereses hispanohablantes y las preguntas que nadie formula, sobre la inmersión y otras cuestiones. Se debe habilitar y volver forzoso por ley estatal la obligatoriedad de preguntar en las matrículas de las escuelas, medir los resultados académicos por lengua, en la representación política, en las instituciones públicas, en las bibliotecas, en la financiación cultural, llevar registro del porcentaje de hispanohablantes en todos los ámbitos, medir la pérdida de hablantes, y otras cuestiones.
5. Red Educativa y organismos estatales en Cataluña:
Las EOI's dejan fuera como mínimo a la mitad de los alumnos migrantes que quieren aprender español tal como está probado. La Generalitat cuenta con un Consorcio que hace enseñanza del catalán fuera de las escuelas y de las EOI's, incluso una App de voluntariado de parejas lingüísticas. El idioma español merece también esto, pues en Cataluña existe un desequilibrio de medios en contra del español.
Además debe haber instituciones culturales estatales en Cataluña para garantizar los derechos hispanohablantes, garantizar una repartición adecuada de las subvenciones de la Comunidad Autónoma entre nuestra comunidad lingüística, y la creación, producción, y promoción cultural hispanohablante, gestionando un porcentaje de esos recursos. Velar porque en las fiestas, festivales, ferias, haya presencia hispanohablante. Esto debe extenderse a todos los ámbitos, educativo, comercial, económico, del consumidor, medios de comunicación todo debe ser revisado y tener sus propios medios de observación y para actuar, cambiar, y promover.
6. Mesas de diálogo y negociación:
Debemos crear Mesas de Diálogo con representantes específicos dedicados de partidos, entidades, instituciones. Reclamar que dentro de sus organizaciones creen un área para este tema. Hace falta un espacio en el que podamos discutir y acordar medidas que protejan nuestros derechos lingüísticos. Debemos reivindicar que se construya ese espacio dónde poder llevar a cabo negociación política.
Y para promover todo ello necesitaremos:
1 - Movilización social:
Asumamos que vamos a necesitar manifestaciones y protestas para exigir la igualdad de derechos. El gozne que no chirría no recibe aceite. Por tanto debemos formar y apoyar organizaciones que defiendan nuestros derechos, al mismo tiempo que colectivos en las calles, asociaciones de padres hispanohablantes, juristas hispanohablantes, médicos, escritores, actores, etc.
Para eso si hace falta debemos recurrir a grandes empresas, fortunas privadas, medios de comunicación, partidos, sindicatos, asociaciones y gobiernos de otras comunidades autónomas.
2- Medios de Comunicación y Redes sociales:
Precisamos Campañas Mediáticas para dar visibilidad al problema y sensibilizar a la opinión pública. En los periódicos cada vez se nos escucha más, pero hay lagunas: faltan documentales específicos, y las radios y televisiones dando voz y presencia constante (horas de programación como hace el catalanismo, específica y dedicada, no solo notas de 3 minutos). Es preciso analizar toda la maquinaria mediática que dedica el catalanismo, tiempo, recursos, espacio, al tema lengua, para doblarlo.
Y por supuesto Redes Sociales, las cuentas de las entidades hacen una buena labor informativa, pero se echa de menos contenido más viral e impactante, mejor pensado desde el punto de vista del márquetin profesional, es necesario reclutar especialistas voluntarios por la causa y tener un equipo destinado solo a este tema.
3. Educación y promoción cultural:
No solo medios, también series y películas deben hacerse eco del problema cultural y lingüístico en Cataluña, ya sea con pequeñas referencias o de manera global. Precisamos más libros. Más científicos, sociólogos, educadores y lingüístas haciendo estudios sobre el español en Cataluña. Eventos culturales, charlas y simposios por toda Cataluña y España. Para eso proponemos una Coordinadora cultural lingüística hispanohablante que próximamente concretaremos en otro texto.
Esperemos que este texto sirva para plantearse nuevos enfoques y ambiciones, y sobre todo para desvincular los derechos hispanohablantes de la voluntad de los catalanohablantes.




