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Hispanohablantes disfrazados de catalanohablantes, y mujeres que se vestían de hombres contra las barreras sociales


Qué tiene en común una mujer en el siglo XIX o el siglo XX con un catalán hispanohablante en el siglo XXI en Cataluña? Alto ahí! que estás diciendo?. De acuerdo, concretemos que tiene que ver Eva Menor, la nueva consejera de "Igualdad" y feminismo del PSC con Concepción Arenal en el XIX cuando se disfrazaba de hombre para asistir de oyente a las clases de Derecho de la universidad Central de Madrid?

Eva Menor, la consejera de "igualdad" ha sido señalada en redes sociales por tener su biografía en X (twitter) en español, y no ha tardado ni 48 horas en ponerla en catalán. Y no solo eso, ha suprimido que ha nacido en Madrid y que es catalana de adopción. Ha borrado su identidad para pasar por catalanohablante y ha borrado su origen. Puedes verlo aquí.


Flora Tristan
se disfrazó de hombre para acceder a la Cámara de los Lores, Fernán Caballero la escritora, era Cecilia Böhl, Victor Català también escritora era Caterina Albert, George Sand era Amantine Aurore Lucile Lupin, Jeanne Baret la primera mujer que dio la vuelta al mundo para ser botánica se disfrazó de hombre, Margaret Ann Bulkley se hizo pasar por James Miranda para estudiar medicina en Edimburgo, se descubrió cuando amortajaban su cadáver. Henriette Faver estudió cirugía y atendió el ejército de Napoleón disfrazada como hombre. Dorothy Lawrence documentó la primera guerra mundial haciéndose pasar por Denis Smith. La Papisa Juana lo fue bajo el nombre de Benedicto III, pero dio a luz y fue lapidada por ello.



Las mujeres en el patriarcado que soñaban con ser escritoras, pintoras, abogadas, universitarias, médicos, para no vivir como vegetales sin aspiraciones, por enfrentarse a un mundo masculinizado en los espacios públicos, académicos, profesionales, políticos y de poder. Tuvieron que hacerse pasar por hombres o bien sufrir el escarnio social. Eran presionadas ya fuera mediante normas, el simple dominio numérico, la acción de grupo, el acoso, la crítica a su capacidad y adecuación, los juicios, los estereotipos, las expectativas sociales, generadas durante siglos por quien tenía el dominio.

De similar manera los catalanes hispanohablantes aspirantes a participar en la dirección social en igualdad, se los señala, juzga, acosa, se menosprecia su validez para ser Presidente o Consejero del Gobierno catalán. La presión ejercida es abrumadora, con campañas coordinadas en redes sociales, ataques personales, y un clima de intimidación que busca aislar. La intención es crear un entorno en el que el costo de resistir esa presión parezca más alto que ceder. La persona teme por su reputación, o incluso por su carrera profesional.


La dinámica política para los hispanohablantes en Cataluña es terriblemente tóxica. Quién no se alinea con la ideología ultranacionalista enfrenta ostracismo social y político. La cesión lingüística es un intento de apaciguar esos sectores para evitar consecuencias negativas menores. Es una autodefensa nociva para los derechos de todos, ante un disenso que tiene repercusiones.

Todo ese acoso es por no adecuarse a la norma establecida por un grupo étnico minoritario de Cataluña que controla (se va debilitando muy poco) las instituciones y el poder. Norma que no consiste en "ser hombre" si no en "comportarse como catalanohablante". "Para ser gobernante catalán hay que hablar en catalán", al igual que el racista "para ser catalán hay que hablar catalán", es el mismo discurso de la fascista de Ripoll, Silvia Orriols, pero normalizado. Más una pléyade de otras normas que intentan impedir el uso del español insitucional, Recuerda a como la medicina solo estudiaba los problemas en los cuerpos de hombres y no las particularidades de la biología femenina, son normas adaptadas para una sola lengua. Así la mayoría hispanohablante se ve restringida por una minoría de comportamiento "intracolonial", pues solo en las colonias los gobiernos se ejercen por minorías culturales y el acceso está restringido a la mayoría.


Se esgrime que el español no es válido para las instituciones, que no están masculinizadas, si no catalanizadas. Se rechaza la realidad hispanohablante de Cataluña por inadecuada, como el que afirma que las mujeres no deben conducir porque lo hacen peor. Es una especie de norma escrita (hay leyes que nos discriminan también) o no escrita, que dice que solo catalanohablantes pueden regir las instituciones... o si no, tienes que "disfrazarte", "vestirte" como ellos, "hablar catalán" y que pese a que somos la mayoría del pueblo catalán, debemos ocultarlo, negarlo, en lugar de aplanar los pechos tenemos que esconder nuestro origen, en lugar de cortarnos el pelo, tenemos que hablar catalán, en lugar de usar pantalones tenemos que cambiar nuestras redes sociales. Las mujeres son la mitad... pero esto es más grave, porque los hispanohablantes somos más.

Los hispanohablantes reciben fuertes presiones públicamente y nadie rompe una lanza por ellos, nadie se indigna ni solivianta, se agacha la cabeza y como un perro reprendido se obedece. Así la mujer de Jordi Pujol se permite decir en público en la televisión delante de todo que le molestaba mucho que haya un presidente de la Generalitat con nombre en español, como José Montilla. Así Pere Aragonès, con sus abuelos, nacidos en Palomares en la Costa almeriense, tiene su apellido catalanizado y no dice ni palabra en español. Así los medios te señalan públicamente por decir "Lérida" como Illa que termina pidiendo perdón. Así racistas catalanistas acosan a Eva Menor y esconde el español y su origen en su bio.


La ocultación del idioma u el origen no siempre se da para acceder a las instituciones, otras veces es en la juventud, o ya se encarga la familia de hacerlo desde que nace. Y así esconden su lengua, esconden sus orígenes, otros cambian sus apellidos o el nombre a sus hijos. Otra de las afectaciones es que los catalanes hispanohablantes sobre todo los jóvenes de menos de 35 años son la mayoría de los abstencionistas, no votan, no se sienten parte de Cataluña, porque su lengua no está en las instituciones, en la cultura, en los medios catalanes. Su posibilidad de convertirse en una personalidad pública está mucho más limitada. Si Cataluña fuera un lugar normal y no hubiera racismo cultural, ni un solo hispanohablante sentiría necesidad de abandonar su lengua materna, o cambiar sus nombre o apellidos.

Modificar el comportamiento público y esconder tu verdadera naturaleza, se trata de la estrategia de "si no puedes con el enemigo, únete a él" para soportar al racismo catalanista. Y el PSC transige con el catalanismo como una supuesta manera de conciliar la sociedad, se humilla y arrodilla, una actitud problemática y perjudicial. En lugar de combatir el racismo y trabajar por una sociedad inclusiva y justa, en lugar de trabajar para una Cataluña de todos, adopta una mentalidad de asimilación y la renuncia a la propia identidad para ser aceptado por quienes discriminan. Esto no solo perpetúa las dinámicas de poder y opresión del catalanismo, sino que también refuerza la idea de que la única manera de ser aceptado es abandonando la propia cultura y valores.

Tanto el PSC como los Comunes tienen mayoría arrasadora de votantes hispanohablantes, hasta tal punto que votantes de lengua materna catalán en el PSC puede ser un 10% y en los Comunes un 20%. Se comporta como una izquierda cobarde que no tiene el coraje de confrontar el racismo y se vuelven cómplices de las estructuras opresivas, contribuyendo a la marginación de los hispanohablantes. Es crucial que nosotros nos mantengamos firmes en nuestra identidad lingüística y luchemos contra la presión de conformarse con un sistema que nos oprime.

La única solución es no ceder y ser inflexible. Quizás no vaya a quedar alternativa que tengamos que generar más conflicto ante quien cede, hacer más ruido para que se sienta apoyado, felicitar a quién lo hace, hacer sentir que nos sentimos representados por quien defiende nuestra identidad cultural, y finalmente que también tenga repercusiones la cesión.

En Cataluña no es ni de rebeldes ni de revolucionarios ser catalanista, sus acciones no tienen repercusiones, reciben indultos, amnistías, todo por el poder, no les supone coste alguno al final. Y menos coste dentro de Cataluña con unas estructuras permeados por el racismo cultural, social y también institucional. La verdadera aventura es ser hispanohablante y enfrentarse en tu misma calle a la discriminación, en lugar de ceder. Vas a dejar que se sepa que eras hispanohablante cuando amortajen tu cadáver? vas a dejar morir tu identidad cultural en vida? no vas a enfrentar el lapidamiento público como la papisa Juana? Recuerda que según el acuerdo de Friburgo, nadie debe ser forzado a identificarse o ser asimilado, en este caso por una minoría catalanista e intolerante.

Debemos ser racionales, críticos, y perseverar, poner en duda todo lo que nos rodea, como en la película del jurado doce hombres sin piedad, donde un solo miembro del jurado, repetía "no lo sé" de manera constante forzando a todos a pensar, a reflexionar. Y no caer en la autocensura, no ser como el PSC y Comunes, guardaespaldas voluntarios del racismo catalanista que impiden enfrentar la contradicción, incapaces de actuar según sus ideas, cediendo al dogmatismo racista que más ruido hace, pero que no es mayoritario, solo lo aparenta.

Hagamos más ruido.