Más allá de una simple reivindicación de derechos lingüísticos, el objetivo es crear una red de apoyo mutuo, colaboración y desarrollo que permita a los hispanohablantes en Cataluña prosperar en todos los ámbitos, desde el educativo y cultural hasta el económico y político. Dejar de encomendarse al espíritu santo ante un movimiento racista cultural que nos margina y discrimina sistemáticamente, limitando nuestras oportunidades de participación plena y que nos subalterna en instituciones y espacios públicos.
Significa fomentar la cooperación comunitaria, formar activistas, potenciar personalidades culturales, líderes, lobbies de presión, asociaciones, una fuerte conciencia cultural y lingüística, y garantizar que los hispanohablantes en Cataluña contemos con una representación sólida y respetada. A través de la organización y la acción colectiva, la comunidad hispanohablante podemos convertirnos en un actor influyente que nos dé por fin el espacio que corresponde a nuestra mayoría demográfica, mejore nuestro bienestar social, mientras reafirmamos nuestra identidad cultural y lingüística.
Crear Comunidad hispanohablante en Cataluña, significa compartir información, recursos, oportunidades mediante vínculos de cooperación de redes comunitarias, asociativas, empresariales y familiares. Crear un sentido de responsabilidad colectiva hispanohablante de apoyo mutuo en todos los ámbitos, educación, negocios, etc, aglutinada por la oposición al racismo y afán de dominación del catalanismo.
Crear conciencia de comunidad oprimida para actuar en conjunto, en una estructura informal paralela, como hacen las comunidades judías, una cooperación y solidaridad automática interiorizada en la que el éxito de unos beneficie a todos. Hasta que hispanohablantes y migrantes, nos erijamos en un frente social que esté representado en todos los puestos de poder de la sociedad y el idioma español signifique cohesión social de manera práctica y real, no solo en el artículo 3 de la Constitución.
Por dónde empezar a construir Comunidad Hispanohablante en Cataluña?
1. Crear redes comunitarias. Familiares, amigos, vecinos y conocidos que comparten la identificación con el idioma español, y también apoyándonos de las redes sociales. El objetivo es crear un entorno en el que los miembros de la comunidad puedan hablar de los problemas culturales y lingüísticos y mediante relaciones de confianza, la cooperación y el apoyo mutuo, puedan compartir información útil, recursos y oportunidades, ya sea en el ámbito laboral, educativo o social.
¿Y cómo podemos hacer eso?
Generando espacios de interrelación que promuevan nuestro idioma y cultura, para ello nos ayuda la necesidad de suplir el vaciamiento de oferta cultural que nos hace el catalanismo, no la de las plataformas de streaming o la televisión, si no aquella que es más personal, la música, los clubs de lectura, las compañías de teatro amateur, los video fórums, el conocimiento cultural, las asignaturas extraescolares en español para nuestros niños, asociaciones deportivas.
La creación de Centros sociales para las Asociaciones Hispanohablantes, igual que hay casales independentistas, o a imagen de las Herriko Tabernas vascas, que son bares frecuentados por afiliados y simpatizantes de la izquierda abertzale. Se constituirían en espacios de socialización y organización política, donde las charlas y la cooperación se daría espontáneamente, a través de actos culturales, presentaciones literarias, eventos sociales que fortalecen lazos personales. A su vez esos actos se convertirían en semillero de un movimiento mucho más potente asesorando, haciendo ferias culturales, creando talleres y seminarios. Incluso dando cursos de español para migrantes, facilitando los negocios, el empleo o la educación.
2. Fomentar un sentido de responsabilidad colectiva y conciencia de comunidad oprimida. Es la manera en la que conseguiremos actuar como una comunidad unida que tendrá la fuerza y la voluntad para ejercer presión social. Las redes comunitarias previamente creadas permitirían hacer debates sobre nuestras opresiones y marginaciones que implicarían una toma de consciencia, tal como han hecho históricamente los grupos de feministas o los colectivos antirracistas. Al entender los desafíos a los que nos enfrentamos como grupo podremos tomar medidas de apoyo mutuo.
A partir de esto nos será posible hacer campañas de concienciación sobre la importancia de la solidaridad y la cooperación dentro de la comunidad hispanohablante. Crear redes de apoyo económico para las causas, o servir de mentores para otros mediante el tejido social, el compañerismo o la producción cultural. Se trata de desarrollar una narrativa compartida sobre la identidad hispanohablante en Cataluña.
3. Oposición a las políticas de exclusión catalanista y acción colectiva. Una vez haya redes comunitarias y toma de consciencia, se pueden organizar grupos de presión para influir en las políticas lingüísticas y educativas. Podremos fomentar el uso del español en los espacios públicos y privados, y promover el reconocimiento de nuestra riqueza cultural, la de los hispanohablantes de todos los países que lo compartimos, y el valor de nuestro idioma.
Habrá que crear asociaciones de derechos civiles y grupos de activismo que luchen contra la discriminación lingüística y cultural en Cataluña, y también en el resto de España. Necesitamos personas que nos apoyen en Madrid, en Galicia, en Andalucía, en todas partes, pues los puestos de poder estatal también son necesarios.
Hispanohablantes y migrantes debemos ser un frente social unificado, ya que demográficamente somos decisivos debemos sumar a otras comunidades migrantes y grupos minoritarios frente a la exclusión catalanista. La diversidad frente al catalanismo. Si creamos espacios de diálogo y cooperación entre las diferentes subcomunidades hispanohablantes, podremos promover la identidad colectiva basada en la lengua y la cultura compartidas. Para ello debemos organizar plataformas donde los migrantes hispanohablantes puedan expresarse, compartir sus experiencias y participar activamente.
4. Creación de una estructura informal paralela, economía de reciprocidad y éxito compartido. Para contrarrestar las posibles barreras sociales y económicas impuestas por el dominio del catalanismo, es esencial que la comunidad hispanohablante funcione de manera autónoma en base a la cooperación, la reciprocidad, la confianza mutua y la autodefensa organizada.
Para esto los negocios de la comunidad se deben apoyar mutuamente, en una economía de reciprocidad que refuerza lazos, facilitando la formación y capacitación y creando oportunidades de trabajo y emprendimiento dentro de la comunidad... al fin y al cabo de media en Cataluña está peor posicionada tanto económicamente como en los puestos de dirección social. Toda esa labor la hace para el catalanismo la Generalitat.
El éxito de unos beneficiará a todos. Esto significa que los logros individuales deben ser vistos como logros colectivos, y que aquellos que alcancen el éxito económico o social deben estar dispuestos a reinvertir en la comunidad hispanohablante, sus plataformas culturales, etc que ofrezcan oportunidades al resto. Las redes de apoyo ayudarán a compartir recursos, conocimientos y oportunidades, e incluso se pueden establecer fondos por los más prósperos para apoyar proyectos de desarrollo cultural y social, una red de financiación. Organizar talleres de emprendimiento donde se ofrezca asesoramiento y recursos para iniciar proyectos.
Otra manera de construir poder económico es a través de cooperativas y empresas sociales que involucren a la comunidad además de permitir que los miembros tengan un control directo sobre las decisiones económicas. Se encargarían de satisfacer necesidades de la comunidad, como por ejemplo escuelas privadas, academias, defensa legal, etc.
5. Creación de medios de comunicación propios. Como decíamos, nuestra herramienta más poderosa como comunidad y para estar unida, es tener control sobre la narrativa que se cuenta sobre nosotros. No como se está haciendo ahora con películas como El 47, donde se da una visión de los hispanohablantes como una extensión del catalanismo. Crear medios de comunicación hispanohablantes en Cataluña ayudaría a difundir una perspectiva propia y a contrarrestar la dominante del catalanismo.
Establecer plataformas digitales como blogs, podcasts, canales de YouTube y revistas en línea que se centren en temas de interés para la comunidad hispanohablante en Cataluña, como la educación, la cultura, y la política.
Crear alianzas con periodistas hispanohablantes que ya estén activos en Cataluña y España para que colaboren en estos medios y les den visibilidad. Debemos estar coordinados, tener foros de interacción específicos sobre nuestros problemas de discriminación, o incluso tener grupos de mensajería, Telegram, whatsapp donde comunicarnos fluidamente y compartir las mejores estrategias y que permitan campañas mediáticas o bien que cada noticia que se de esté permeada por unos valores comunes.
6. Desarrollar una plataforma política o de representación. El poder político es esencial para influir en las decisiones que afectan a la comunidad. Precisamente los hispanohablantes necesitamos una voz en las políticas locales, regionales o de España como catalanes. Ya hay partidos como Izquierda Española o Aire's en la izquierda. Pero debe haber una coordinación en la defensa de los derechos lingüísticos, culturales, sociales y económicos de los hispanohablantes en Cataluña, una especie de plataforma o foro.
Debemos movilizar a los hispanohablantes para participar activamente en elecciones municipales y regionales, fomentando el voto entre la comunidad y apoyando a candidatos que representen nuestros intereses. Y también en la vida pública, en todos sus ámbitos. No debe quedarse ahí, debe haber agrupaciones profesionales, de abogados, médicos, profesores, sindicatos, empresarios, etc. Y también culturales, de escritores y artistas.
Debemos también formar activistas y líderes comprometidos con la defensa de los intereses de los hispanohablantes y capaces de inspirar a otros a seguir sus pasos. para ello deberíamos crear programas de habilidades en gestión comunitaria, política, economía y cultura. Y fomentar la representación de hispanohablantes en juntas de vecinos, asociaciones culturales y otras organizaciones de la sociedad civil.
7. Desarrollo de programas educativos alternativos. Así como se ha hecho en las Ikastolas, en lugar de depender solo del sistema educativo catalán, debemos tener programas complementarios que respeten la educación en nuestra lengua y cultura, ya que no es posible aprender el registro culto adecuadamente en la escuela catalana. Crear academias extraescolares hispanohablantes sería un importante paso intermedio, tanto para reforzar el éxito académico como para la creación de conciencia y conseguir una comunidad cohesionada y autosuficiente.
8. Aprovechar las tecnologías. Deberíamos de crear foros de comunidades, como por ejemplo tiene el catalanismo con "el racó català", a través de múltiples plataformas, whatsapp, telegram, instagram, etc... donde compartir recursos educativos, eventos culturales, promocionar negocios y emprendimientos, contactos laborales tanto en Cataluña como en las diferentes ciudades.
Se pueden desarrollar aplicaciones móviles o plataformas web que conecten a los hispanohablantes, que ofrezcan servicios y recursos, asesoría legal, que nos localicen clases de formación en nuestro idioma, etc. También otras que permitan a los migrantes no hispanohablantes tener una pareja lingüística que le ayude a aprender español ante la baja oferta de la Generalitat.
9. Fortalecer la identidad global hispanohablante y el orgullo comunitario. Tenemos una lengua que nos une, pero cientos de culturas hispanohablantes a lo largo y ancho del planeta. Debemos organizar festivales culturales, ferias, premios, asociaciones culturales, eventos de arte hispano que atraigan tanto a la comunidad hispanohablante como a otros grupos en Cataluña, visibilizando la diversidad cultural y generando ingresos para los organizadores y participantes. O al menos conseguir que no se invisibilice nuestra presencia en los que ya hay usando como única lengua vehicular el catalán.
Crear iniciativas de turismo cultural que promuevan la historia, el arte y la música de los diferentes orígenes hispanohablantes en Cataluña. Fomentar la creación de centros culturales hispanohablantes en las principales ciudades catalanas, que funcionen como espacios de reunión y promoción cultural, además de ofrecer servicios comunitarios. Igual que hay una Casa América debería haber una Casa Cervantes, o similar.
Debemos celebrar los logros y contribuciones de los hispanohablantes en la historia de Cataluña. Crear proyectos educativos que no nos marginen y nos invisibilicen. Y fomentar el uso del español como un idioma de prestigio, destacando su rol en la literatura, el arte, y la ciencia.
Creemos una Comunidad Hispanohablante poderosa y unida que no tenga temor a tener sus espacios dedicados, mientras el catalanismo nos condena a un rincón o estar excluidos haciendo eventos solo para el catalán. Es hora de ser protagonistas.