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Lengua propia es racista

Retomamos el concepto lengua propia que usa el nacionalismo del que ya hablamos en Lengua propia es un concepto reaccionario que hay que eliminar, para dar una nueva vuelta de tuerca, es necesario en Cataluña procesos de reflexión que transformen la forma de pensar contra la ideología nacionalista insertada en el lenguaje, que lleva años impregnando nuestra sociedad, y del que prácticamente todo el mundo termina contagiándose por la exposición continua. 




Todos sabemos que dar un estatus o consideración diferente a las personas en función de rasgos étnicos, entiéndase étnico por cultural, es precisamente racismo cultural. El tipo de racismo en que hoy día va derivando el basado en la raza pese a su persistencia. Es por ello como explicaremos que usar una terminología que legitima o representa dicha práctica por razón de lengua, por extensión, ya que no existen lenguas sin hablantes, también es racista.


Es racista porque la tierra no habla, por eso no existe lengua propia de Cataluña, o al menos no solo una. Si la tierra no habla, y son los hablantes, por tanto considerar propio de un territorio la lengua de unos hablantes por su origen o su descendencia es racista, tal como lo puede ser ver unos niños negros por la calle y presuponer que no son catalanes por el color de su piel, o porque antes no hubiera negros en Cataluña. Es racista porque es como hablar de los de aquí y los que no son de aquí, lengua de aquí y lengua no de aquí. Es racista porque es dar prevalencia por razón de origen por encima de la lengua más hablada y no considerarlas al menos igual.

La tierra no habla

Hablar de lengua de aquí, propia, implica ignorar a la mayoría de población y no aceptarla en el aquí, no incluirla dentro del demos válido, no validarla. Podemos encontrar ese mismo racismo en hablar como catalanes de "la nostra llengua" y no de "nuestras lenguas" incluyendo el español, es otra muestra de rechazo y racismo.



Es racista porque lengua propia referencia a grupos étnicos, va ligado a la permanencia en el territorio, y por extensión genera estereotipos, el catalán habla catalán, y percepción de inferioridad, desubicación o vulnerabilidad de otra comunidad linguistica que debe ser aceptada o encontrar su lugar al ser negada.


De hecho genera una presión de grupo para tener que identificarse con el catalán también de manera que debes abandonar todo lo que los identitarios catalanes no consideran propio, debes renunciar a ti mismo y subordinarte, aceptar como superior la lengua materna de otros, aún siendo la mayoría social. Se trata de una política violenta que no te reconoce en igualdad de condiciones y que te excluye de la escuela, de las instituciones, de la cultura.


Este tipo de lenguaje mantiene estructuras sociales de dominación y conlleva perjuicios, nutre la carga cognitiva de las personas a nivel íntimo, implica un coste social, es tóxico y debe ser socialmente repudiado. Además han conseguido legitimarlo legalmente, la exclusión a nivel legal es un remache más de la política de dominación. Una gran cantidad de hispanohablantes catalanes han nacido aquí, y hablan su lengua con naturalidad, pero hay un grupo de población que usa el lenguaje, mediante el término lengua propia, para privar de la catalanidad.


El objetivo es de dominación, se te plantea la falsa dicotomía de que para integrarse y sentirse propio se necesita otra lengua. Que la tuya no es válida, porque no es la propia del grupo. Por tanto es un concepto excluyente. Es como perpetuar que por tu aspecto te sientas tu y tu descendencia como intrusos de por vida y tengas que dar explicaciones constantes. 


El término lengua propia, o "la nostra llengua" es la erradicación discursiva de una parte mayoritaria de la población catalana. Es una acción sutil por omisión, de consecuencias invisibles, una violencia pasiva que consolida una estructura social, mediante palabras y hábitos. Convierten a los hablantes de español en algo pasajero, abstracto, un no-sujeto, no reconocido.




Además, lengua propia, conlleva un estatus y unas políticas que terminan justificando que se pudiera hacer cualquier cosa para extenderla porque es lo que debería corresponder. Cuando en realidad debe existir el mismo derecho y legitimidad a hablar una u otra lengua, y no son legítimas políticas de ingeniería social para que los hablantes de una lengua materna abandonen la suya.


En la lengua propia se fundamenta toda la política de exclusión, de racismo cultural con la excusa de apoyar el idioma, se invisibiliza en relaciones institucionales, culturales, sociales a la mayoría de Cataluña, y se termina mostrando una Cataluña pura de origen, cuando de hecho el catalán es una lengua minoritaria de Cataluña, lengua materna de tan solo 3 de cada 10 catalanes. Y por contrapartida se considera una invasión, una colonización, que otras personas tengan su propia lengua materna y no quieran renunciar a ella o hacer crecer el grupo catalanohablante renunciando a ellos mismos y dejándose dominar culturalmente, convirtiéndolo en obligatorio, en norma, usando las escuelas y el poder.


Lengua propia es racismo lingüístico por partida doble, lo es por razón de lengua, y por medio del lenguaje


Lengua propia es racismo lingüístico por partida doble, lo es por razón de lengua, y por medio del lenguaje.