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Charnegos, ñordos, colonos, castellanos! la racialización de los hispanohablantes en Cataluña

Las razas no existen, la ciencia lo ha demostrado, tan solo existe la diversidad fruto de aclimataciones diferentes como puede serlo el pigmento en la piel, la hemoglobina en sangre por la altura, capacidad de sumergirse más tiempo, dieta solo carnívora de los esquimales, y otros ejemplos. Y aunque existieran no debería ser motivo para discriminar o segregarse.

Pero lo que si existe es la racialización, fruto de las ideas atávicas de raza y el afán de crear muros de determinadas comunidades, todos somos etiquetados, como negros, blancos, asiáticos, latinos, gitanos. Y no solo por nuestro aspecto físico, también por nuestra lengua y cultura. Una vez la ciencia derribó las ideas basadas en el físico o el color de la piel, el racismo abrazó los marcadores diferenciales lingüísticos y culturales.

La población todavía no ha asimilado que es de extrema derecha tratar de crear fronteras o diferencias sociales por la lengua o la cultura. El concepto de racismo cultural todavía no es suficientemente conocido y la sociedad no ha sido dotada de herramientas de pensamiento para distinguirlo y combatirlo. Así pues cuando tratas de señalar la racialización cultural es probable que encuentres reacciones de rechazo por ignorancia, y otras veces por los propios racistas que quieren evitar que la discriminación que ejercen sea puesta de manifiesto. Y este es el problema actual en Cataluña ante la extrema derecha catalanista, se es incapaz de reconocer el racismo cultural catalanista.

La minoría poblacional catalanista que ostenta el poder gracias a sus redes informales de caciquismo, partidos étnicos y su corporativismo identitario en las instituciones, ha creado una categoría racial-cultural en Cataluña para diferenciar a catalanes "auténticos" y el resto de catalanes (el 75% de los catalanes derivan de la migración). Se tiñe además de un falso matiz antiracista, ya que si te asimilas aunque haya alguna diferencia reconocida en la xenofobia o el racismo biológico tradicional, se te perdona. El marcador diferencial es la lengua, y lo que en otros sitios es un negrata, un moromierda, o insultos parecidos, es charnego (algo en desuso porque ha sido un término que se ha tratado de combatir), castellano, o los más actuales ñordo o colono.

La categoría lengua en Cataluña está atravesada por el racismo, un catalanohablante blanco puede estar racializado culturalmente también como un catalán hispanohablante o migrante, pero las consecuencias de la etiqueta no son las mismas para los dos. El catalanohablante tiene una situación privilegiada, mientras al hispanohablante le caen estereotipos y prejuicios que le hacen la vida dificil.

Un catalán hispanohablante tendrá más dificultades para acceder a puestos del gobierno, de dirección social, de participación cultural, de visibilización en los medios de comunicación, incluso sentirá miedo a la hora de presentarse a puestos de trabajo, de presentar propuestas a la administración en su lengua, se sentirá excluido de las actividades sociales, tendrá menos posibilidades de desarrollo personal debido a su lengua, en la escuela le harán sentir que su identidad lingüística no tiene sitio en la sociedad.

Es por ello que los catalanes hispanohablantes sean cual sea su origen, en la práctica son racializados, y sufren discriminación que todavía apenas está estudiada, y su existencia es rechazada por quienes la ejercen (y también por sus aliados plurinacionalistas) ya que pone en duda toda una estructura social étnica en Cataluña que ya describimos en Cataluña es una democracia étnica. La racialización impacta sobre los hispanohablantes con estereotipos (en la TV3 son las putas, yonkis o ladrones), prejuicios y discriminaciones, ya sean directas o más sutiles, o incluso mediante leyes y políticas lingüísticas, en la escuela, o la cultura, por ejemplo.

En Cataluña un catalanohablante está inmerso en privilegios, la mayoría de puestos de dirección social son suyos, en los medios de comunicación y televisión tienen preeminencia, esto se atenúa en Barcelona y su área urbana ya que allí son mayoría, como es lógico. La segregación de la lengua de un hispanohablante en la escuela en cambio no forma parte de su realidad, no les afecta negativamente, es un privilegio para ellos estudiar en su lengua materna pese a ser una minoría, son los únicos que pueden hacerlo.

Otras manifestaciones de esto son como en una actividad pública serán incitados a no usar su lengua, ser silenciados en la escuela por razón de la lengua que hablan, tener que pedir las cosas expresamente en su lengua. También es un punto a analizar en el futuro los niveles de estudios que se alcanzan, o los puestos de poder, y también los puestos de trabajo de bajo rango, por ejemplo en territorios mayoritariamente catalanohablantes te encontrarás que la mayoría de trabajadores de la basura son descendientes de andaluces, negros, etc.

Recientemente se han comenzado a hacer estudios pioneros sobre el racismo en el trabajo y los currículum vitae, por razón de lengua y origen hispanohablante, como se explica en el artículo: Dos experimentos evidencian discriminación laboral severa contra solicitantes de empleo “castellanos” en Cataluña. En otras cuestiones es más que obvio, si los catalanohablantes son solo 3 de cada 10 catalanes, porque su proporción no es de un 30% entre los miembros del gobierno? porque los hispanohablantes no son mayoría dirigiendo la comunidad? porque su lengua no tiene presencia en la escuela? en la cultura y los medios de comunicación locales?


En definitiva en Cataluña la lengua es un vehículo importante para la racialización:


- Genera insultos específicos contra los hispanohablantes

- Se atribuyen características negativas, como el fascismo o la derecha, cuando en realidad votan más a la izquierda si atendemos a sus partidos mayoritarios.

- Funciona como marcador racial-cultural

 - Genera estigmatización, como consideración del índice de alfabetización, marginalidad social (chonis del area metropolitana, etc) en función de la percepción de la lengua que se habla.

- La discriminación lingüística limita las oportunidades educativas (el estudio en lengua materna permite un mayor desarrollo académico), laborales (muchas profesiones públicas y además de prestigio, están limitadas como hispanohablantes, como los profesores, funcionarios, etc), sociales o políticas (los partidos del poder son étnicos y se alían entre ellos aunque sean de derechas e izquierdas para dejar fuera a los que representan a los hispanohablantes)

- La lengua también se usa como medio para ejercer poder sobre la comunidad hispanohablante, limitándola, excluyéndola de la actividad cultural, artística, política.

- Los racializados culturalmente como hispanohablantes son presionados para abandonar su lengua materna en favor de la minoritaria de la etnia cultural catalanohablante dominante, incluso por profesores, bajo la promesa de un mejor futuro. Esto evidencia la discriminación, si no las oportunidades serían las mismas.

- En la cultura y medios de comunicación catalanohablantes, los hispanohablantes son estereotipados y se construye representaciones racistas culturales sobre ellos (podemos verlo cuando en un programa infantil se dice que se habla español para parecer más malo).

- La lengua sirve como marcador de pertenencia étnica en los contextos de interacción social y comunitaria en Cataluña.

La discriminación lingüística se manifiesta en forma de burlas, insultos y exclusiones sociales y además se interconecta con el racismo.

Así pues necesitamos una lucha contra la racialización lingüística que requiere un enfoque integral que aborde tanto las actitudes individuales como las estructuras sociales y políticas que perpetúan la discriminación lingüística en Cataluña por parte del régimen étnico catalanista.