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Los nombres de los Charnegos, recuperar los nombres en español y la identidad cultural


Hace unos días, saltaba un presunto caso de racismo y bullying en la escuela de una profesora que para molestar llamaba a su alumno Jordi, a pesar de que su nombre es Jorge. No podía soportar que se dirigiera a ella para preguntarle y aprender en su lengua materna, el español, y se negaba a responderle o le decía que no lo haría si no hablaba en catalán, además el niño solía recibir castigos injustos según relata la familia denunciante.

Nos retrotrae a la época de Franco donde en el registro civil estaba prohibido poner el nombre en catalán, y posteriormente durante la democracia se hizo una ley para recuperar los nombres en catalán. O a la colonización por ejemplo en Filipinas que hace que 100 millones de personas que no hablan ya nuestro idioma, tengan nombres españoles.

También recuerda a los esclavos afroamericanos que llevaban los nombres de sus esclavistas, Muhammad Ali (Cassius Clay) o Malcom X se los cambiaron junto a muchos otros activistas del poder negro, porque les liberaba de la esclavitud psicológica de llevar la identidad en su nombre de los amos de su familia.

Era un paso hacia la libertad y la búsqueda de autodeterminarse como seres humanos. Se trataba de reconocer la historia de dominación y anti-negra inscrita en sus apellidos. Muhammad Ali dejó dicho que los negros debían recibir los nombres de sus antepasados, reconocer su identidad y no rechazarla.

En Cataluña a los que nos llaman, charnegos, ñordos, colonos o castellanos por miedo a ser discriminado, por preocupación a no ser tratado igual por el nombre, a que se piense que no se ha doblegado a la cultura que controla el poder económico, social e institucional, muchos padres dieron a sus hijos nombres en catalán, Marc, Oriol, Pau, Jordi... pensando que su futuro podía depender de ello. 

Y no, no es una broma, como podéis ver en esta entrevista en la televisión a la mujer del 23 años presidente de Cataluña, Jordi Pujol, esta expresaba su molestia porque pudiera ser presidente de Cataluña, José Montilla, un andaluz con el nombre en español. No se trata de algo anecdótico, decenas de miles de hispanohablantes han cambiado los nombres de sus hijos, es real que esto ha sucedido en Cataluña, existían motivos fundados, y debemos aceptarlo para revertirlo.


Por el contrario, mientras personajes como Carod Rovira en programas de la Televisión española reclamaban que no le cambiaran el nombre cuando se dirigían a el con actitud rebelde. Qué diferencia de la actitud llena de miedo que ha llevado a familias charnegas a avergonzarse de sus orígenes.


Así pues para luchar contra la dominación lingüística del pueblo catalán hispanohablante en Cataluña no es imprescindible recuperar el nombre, pero si sería una manera de demostrar que tenemos derecho a nuestra identidad cultural y lingüística. Una manera de recuperar quienes somos. De honrar a nuestros abuelos. 
Es una manera de proyectar nuestra identidad y no avergonzarse, una señal de compromiso con una revolución. En el contexto de la dominación catalanista es importante considerar la correlación entre el nombre y el régimen étnico en el que vivimos, y que tiene una importancia simbólica para recuperar nuestra libertad lingüística y cultural.

Recupera tu nombre, y sé libre, y si ya lo has asumido, lucha por tu lengua y tu identidad cultural, por tu derecho a no ser dominado, a liberarte del miedo que tuvieron tus padres.