En un duelo antiguo, ambos contendientes se ponían de espaldas y contaban diez pasos antes de girarse y disparar. Sin embargo, si uno de ellos hacía trampa y se daba la vuelta antes del décimo paso, el otro, que respetaba las reglas de caballerosidad, se quedaba sin posibilidad real de defensa. Este ejemplo ilustra por qué no se debe combatir una ideología tóxica sin las herramientas adecuadas o con menos recursos. La justicia y la equidad no prevalecen cuando se lucha en desigualdad de condiciones, tener razón y explicarlo, no basta.
En el mismo siglo de los duelos, España acuñó el término "Guerra de guerrillas" contra Francia, era una táctica efectiva contra un enemigo superior en número y equipamiento, las guerrillas, eran grupos que atacaban por sorpresa, emboscada y sabotaje, además de tener un gran apoyo social. Era una lucha de desgaste que hacía insostenible la dominación. La resistencia constante pese a la inferioridad erosionaba a los poderosos. La constancia debe ser nuestra primera arma.
Desinmersionar las mentes.
No tenemos un gran apoyo social, los propios hispanohablantes sufrimos los efectos de 40 años de propaganda, falsos expertos que daban apoyo "científico", y medios de comunicación cada segundo del día. El siguiente paso por tanto es "Desinmersionar las mentes", acuñamos este nuevo término parafraseando "Descolonizar la mente" el libro de Ngugi Wa Thiong'o sobre la política lingüística de la literatura africana.. Es un proceso de cuestionar y desmantelar las estructuras, ideas y valores impuestos por el catalanismo que siguen influyendo en las actitudes, creencias y comportamientos de los hispanohablantes.
Esto implica rechazar las narrativas que legitiman la supremacía cultural, institucional, económica o de poder de todo su engranaje de dominación social y promover una recuperación y revalorización de la identidad hispanohablante que ha sido marginada y reprimida durante 40 años de Inmersión educativa, institucional y social. Para ello necesitamos teorización, argumentos, think tanks, que den la batalla cultural y de ideas, y llevar a cabo una difusión masiva, en debates, conferencias, universidades, libros, documentales, octavillas, cartelería, música, poesía, y redes sociales.
Organizar a los desorganizados.
Vamos a una batalla, pero solo con nuestras ideas?. Veamos, estamos mucho peor equipados, no tenemos partidos políticos, parlamentos, asociaciones subvencionadas, gremios profesionales, medios de comunicación, cargos públicos. Por tanto debemos descartar los medios convencionales, deben construirse pero llevará tiempo. Mientras, hay que crear redes informales de personas que compartan la misma visión. La comunicación se puede realizar a través de redes sociales, boca a boca o encuentros en persona. Hacer campaña de concienciación, llamamiento al activismo y el apoyo mutuo son esenciales. Necesitamos fomentar la solidaridad y la autoorganización para poder ejercer presión.
Dar esperanza y establecer una ganancia.
La esperanza es que una sociedad que no margine a la mayoría lingüística será más exitosa y eficaz, que tus hijos mejorarán sus resultados académicos y tendrán más oportunidades laborales y mejor estatus socioeconómico si estudian en español y cambian las reglas sociales del catalanismo, y por supuesto la libertad lingüística y cultural. La esperanza es creer en un futuro mejor, da una razón para seguir adelante incluso con todo perdido, permite soluciones creativas, inspira acción, cambio y perseverancia, es una fuerza indomable.
Establecer un objetivo.
No solo queremos cambiar las leyes, si no el catalanismo informal que se manifiesta por prácticas, actitudes y culturas organizacionales que perpetúan la desigualdad y la dominación. Nuestras vidas mejorarán si tenemos instituciones que nos apoyan en nuestro desarrollo educativo, cultural y laboral, si no nos marginan privándonos de recursos que son de todos.
Crear Conflicto y deslegitimar las leyes y comportamientos sociales.
Sin conflicto no hay cambios, sin acción no hay reacción. El poder catalanista quiere mantener el orden porque es su orden y son sus reglas. Si han puesto esas reglas es para perpetuar la dominación, no para permitirte rebelar. Si consideras poco caballeroso sabotear o emboscar, a campo abierto serás aplastado, de la misma manera si no tienes televisión, radio y periódicos... y no quieres ensuciar paredes con carteles, grafitis, pegatinas el poder te hace desaparecer. Si el servicio militar era obligatorio, sin insumisión no se podría haber suprimido. Solo cuando se dejan de cumplir las reglas, estas se pueden cambiar, mientras sean efectivas, no habrá motivo para hacerlo. Las leyes solo cambian cuando ya no se pueden aplicar por revuelta social, y la revuelta social se produce cuando la población pasa a considerar esas leyes ilegítimas.
Ocupar las calles, Guerra de guerrillas, Lucha poliédrica.
El batacazo electoral no basta, el PSC ha ganado pero como vemos tanto Comunes y PSC son partidos cipayos, que cohabitan con el catalanismo y aplican su misma represión sobre nosotros, por tanto, nada va a cambiar demasiado. Necesitamos una incansable Guerra de guerrillas que acose al racismo catalanista por tierra, mar y aire. Para ello debemos convertirnos en un movimiento de masas, hacer surgir plataformas amplias, fomentar la persecución judicial y no menos importante, la confrontación callejera. La lucha será poliédrica, todos los ámbitos de la sociedad tienen que apuntar hacia el mismo objetivo, solo cientos de miles de gotas de agua golpeando desde todos los puntos, convertirán la roca en arena.
4 VÍAS DE ACCIÓN EN LAS CALLES:
Crear comités locales de hispanohablantes.
Debemos organizarnos por ciudades, pueblos o barrios, en el día a día. De nada sirven dos o tres asociaciones que llevan alguna ley a los tribunales y que luego continúa sin aplicarse en la práctica. Nuestra fuerza consistirá en ser una tortura constante, una gota malaya, o un potro que va estirando el sistema catalanista, lo tensiona, hasta romperlo, que ponga obstáculos y dificultades a cada paso del racismo catalanista.
Hay que hacerles sentir que no tienen espacio, por ejemplo cuando intervienen en un evento, boicotear de tal manera que no puedan estar cómodos en ninguna parte con su discurso. Organizar charlas, pegadas de carteles, actos pequeños, que cada semana haya algún tipo de acción. Si los ayuntamientos llevan a cabo campañas contra los comercios, dar la réplica, visitar también esos comercios. La guerra de guerrillas se basa en la emboscada, el sabotaje, la sorpresa y la insumisión.
La acción legal.
Los hispanohablantes tenemos algunos abogados que actúan y cosen a querellas a la discriminación catalanista, pero necesitamos más personas en este colectivo profesional. Es necesario que asesoren al movimiento si es posible de manera voluntaria en esta primera fase, y luego pasar a la acción judicial si es necesario. Es necesario plantarles cara en todos y cada uno de los ataques lingüísticos que ejecutan, por pequeño que sea.
Fuerza de choque en la calle.
Las instituciones no están casi en los barrios y la presencia que tienen está en nuestra contra. No deleguemos por tanto la autodefensa y estemos dispuesto a llevarla a cabo por todos los medios de la Guerra de guerrillas, el sabotaje de las medidas institucionales para dirigir lingüísticamente a la sociedad, el boicot a sus actividades, la resistencia y la insumisión a cumplir sus directrices sociales.
Convirtamos sus sedes sociales en lugares mal vistos y donde estén incomodos, donde solo puedan entrar sus militantes pero que no congreguen partidarios. Opongámonos a sus partidos étnicos en las calles, no solo Alianza Catalana, si no también Junts, ERC o CUP. Mostremos el rechazo a sus asociaciones y sus agentes institucionales de políticas lingüísticas discriminadoras.
Movilización social de masas.
Con todo este trabajo de organización local, de acción cotidiana, de hostigamiento social y legal, se creará el caldo de cultivo necesario para conseguir movilizaciones masivas y habituales. Esta es otra de las herramientas que necesitamos, pero debemos trabajarla mediante los comités locales, los militantes, las acciones subversivas, las charlas y difusión de ideas, la cultura popular, la información, la sorpresa mediática, para que haga eclosión.
Quién no se mueve no siente las cadenas.
La victoria no nos la van a regalar, asumamos que "quien no se mueve, no siente las cadenas", en cuanto empecemos a protestar van a usar sus medios represivos contra nosotros y habrá que pagar un precio, por ejemplo cuando una asociación pone con su nombre un cartel en la calle, en seguida impulsan una sanción contra ella, mientras sus organizaciones campan a sus anchas, con un doble rasero legal.
La represión también es nuestra arma.
Provocar la reacción del catalanismo mediante la fuerza de las instituciones nos dará nuevos argumentos para oponernos, alimentará el conflicto, cuanto más aprieten con sus normas, más reacción y debate genera. Pero hay que dar ejemplo público, la rebeldía se contagia si alguien lo visibiliza primero, los militantes debemos dar ese paso.
En la primera parte, las reglas del rebelde establecimos unas pautas para actuar. Ahora ya tenemos unas tareas concretas, sencillas y asequibles por todos inicialmente, para empezar.
Manual de Lucha Hispanohablante (parte 1): Las reglas del rebelde de Saul Alinsky