1) La primera de ellas considera a las comunidades judías como minoría étnica objetivo de la discriminación y la extrema derecha, clama por el "derecho a la autodefensa" y agita la bandera del antisemitismo ante las denuncias y críticas. Es una estrategia de manipulación sionista que usa las opresiones pasadas para victimizarse y justificar el racismo de hoy, la vulneración de derechos y violencia, la conquista de tierras y la dominación. Cualquier crítica se atribuye al odio antisemítico.
Durante mucho tiempo agresivas organizaciones judías, no solo en Israel, si no también En Estados Unidos y Europa, han ido acumulando poder económico, político y social, y son un lobby que influye en los gobiernos. Y pese a ser minoría poco representativa en cada país, cierta izquierda pro-sistémica trata de conllevarlos cediendo a todas sus pretensiones y legitimándolas.
Exactamente como ocurre en España con el catalanismo. Mientras en Palestina vemos como cada poco tiempo expulsan a palestinos de sus casas y las ocupan con el beneplácito de Estados Unidos avanzando hasta llegar al mar y que no les quede más remedio que exiliarse en Egipto. En Cataluña vemos como cada poco tiempo, sacan políticas de exclusión del español primero de las escuelas, después de las guarderías, luego de las universidades, ahora de las extraescolares, luego el deporte base, y así sin cesar, hasta que no nos quede ningún espacio. Es una política progresiva como la sionista, de arrinconamiento y discriminación, que va apretando, solo un poco limitada por la demografía hispanohablante, cada vez más para convertirse en única lengua institucional, pública, social, educativa, cultural.
El Catalanismo también usa las pretendidas opresiones pasadas, con más o menos fidelidad a la verdad, y enarbolan que los ancianos en la época de Franco no sabían escribir bien catalán, o que les ponían el nombre en español. Pero a partir de ahí, hace más de 40 años, con la inmersión iniciaron una virulenta política de conquista agresiva y discriminadora. La vía para implantarla fue visibilizarse como oprimidos, pero en seguida se pasó al otro extremo. El identitarismo, racismo cultural que ya se manifestaba contra los "murcianos" y que se había reprimido por el régimen dictatorial se empezó a expandir al amparo de un "memorial de agravios" que se recibía con tolerancia por la culpabilidad. La crítica, se considera "catalanofobia", en la línea de los sionistas con el antisemitismo.
2) La segunda posición de la izquierda ante Israel ha tardado muchos años en abrirse paso hasta que ha superado el secuestro del pensamiento por parte del sionismo y ha conseguido ver a través del victimismo impostado del movimiento. Y lo que ha visto es como el sionismo ha internalizado la opresión autojustificandose, y han pasado a reproducir patrones de opresión.
Si hacemos el símil con Cataluña veremos como el catalanismo se ha transformado en opresor. Escucharemos mensajes que usan mecanismos psicológicos como el de Junts de "Cataluña debe hacerse respetar", o bien la izquierda que dice "una lengua no debe hacerse simpática, debe imponerse y obligar a la fuerza". Al mismo tiempo se usa un mensaje de peligro y supervivencia de una supuesta etnia para comportarse de manera opresora como una manera de protegerse y ganar poder y control sobre otros. Además se identifican con ideologías, valores y comportamientos opresores. La justificación es pretender que hay un entorno hostil o que se pueden convertir en víctimas. Todo vale para imponer agresivamente el sustituto de la raza, es decir, la lengua.
El victimismo catalanista y sionista funciona como anulación de la conciencia crítica de las estructuras de poder e injusticia social que reproduce el catalanismo para no cuestionar normas y prácticas opresivas y poderlas perpetuar. Buscan una sensación de control sobre los demás a los que despojan de dignidad y derechos. Muchas lenguas minoritarias en Europa son vehiculares en la escuela, pero el español, mayoritario ni siquiera tiene los derechos de las lenguas minoritarias en Cataluña.
Pero lo cierto es que la opresión sobre una cultura o lengua catalana ya no existe. Ningún gobierno de España propaga hostilidad hacia la minoría catalanohablante dentro de Cataluña, y esto ya no pasa desde hace más de 40 años.
La izquierda que todavía no ha cambiado de paradigma y ha sabido identificar la opresión está con vehemencia a favor del catalanismo incluso en sus versiones más discriminadoras y se revuelve furiosa contra cualquier crítica de la política opresora de los partidos étnicos catalanistas, como si estuvieran defendiendo al débil y desvalido... cuando son los hispanohablantes los que pierden derechos cada día de manera imparable.
Mientras en Estados Unidos y Europa con líderes políticos pro-sionistas se acosa a los detractores de Israel, se les hace perder sus trabajos, se les denigra, se les condena al ostracismo o se boicotea peticiones de ayuda para los palestinos. En Cataluña se lleva a cabo el mismo acoso y condena a la inexistencia laboral, social, pública y política; y el llamado "presidente legítimo" Puigdemont dice sin tapujos que Cataluña e Israel tienen proyectos de país parecidos a la vez que le felicita los aniversarios, y la inmersión lingüística está inspirada en la inmersión en Hebreo de los sionistas como explicamos aquí. Y al mismo tiempo en España la izquierda plurinacionalista, el PSC, los Comunes, el PSOE, Sumar, Podemos se pliegan a cualquier reducción de derechos que se hace a los hispanohablantes haciendo oídos sordos a las denuncias. Ni siquiera combaten el discurso de odio de llamarnos colonos, ñordos, charnegos y castellanos.
El proyecto político racista, ultranacionalista y étnico del catalanismo, ante la intolerancia al racismo del mundo actual se ha articulado de una manera diferente al igual que el de Israel. Para obtener legitimidad ideológica en su represión se basan en falsas acusaciones contra sus víctimas. De tal manera que pese a que la escuela catalana tiene como única lengua vehicular el catalán desde hace 40 años, se acusa a sus víctimas, los hispanohablantes, de querer atacar el catalán por que queremos recuperar nuestros derechos lingüísticos. De la misma manera, Israel, acusa de antisemitismo y racismo a quienes quieren parar su represión racista. Es lo que algunos han definido como Racismo "antirracista" en la línea de la extrema derecha blanca europea como describíamos aquí. Según ese argumento retorcido hasta el extremo, los migrantes son los invasores, las feministas son las sexistas, la diversidad es genocidio, el racismo es antiblanco... los antisionistas son antisemitas, los anticatalanistas son catalanófobos... y así.
Las falaces acusaciones de catalanofobia, y los eslóganes de "Defiende Cataluña" que también usa VOX pero con España, son el principal recurso del catalanismo, junto con su acción como lobby y sus poco votos pero que funcionan de bisagra. Es el subterfugio para las políticas discriminatorias lingüísticas y sociales.
Y la otra función de las acusaciones es desacreditar el discurso antiracista, si todo es racismo, si todos somos racistas, si se propaga esta idea con su bombardeo sobre la "catalanofobia", si la gente solo ve dos bandos tirándose a la cara el racismo, entonces todo es cuestionable, o incluso una trampa por parte de ambos bandos, pero en todo caso, se desvaloriza como argumento. Si dices que quieres estudiar en lengua materna, se reduce al absurdo y dicen que no quieres que se estudie en catalán. Pero el único objetivo es crear confusión para continuar la represión sistemática contra los hispanohablantes, igual que Israel arrojando al mar a los palestinos.
Lo que nos da la razón a los hispanohablantes es que hay una política sistemática para excluir del espacio público nuestra lengua, amparándose en nimiedades como el catalán en la justicia. Una persona normal en su vida irá a uno o dos juicios, y ya existe una ley para pedirlo en catalán, esta nimiedad la dramatizan hasta hacerla parecer mil veces más grave que la exclusión hispanohablante en la escuela, que sucede todos los días, a todas horas, sobre casi un millón de niños catalanes. Es todavía más extremo que lo sucedido con Israel en el atentado que mató 1.200 israelís, que ahora se usa como justificación de 40.000 palestinos asesinados... sistemáticamente.
Los hispanohablantes somos considerados como extranjeros, se nos dice que tenemos una lengua que no es propia, cuando está nativizada en Cataluña, pues es vehículo cultural, de comunicación, se transmite de generación en generación y tiene variante dialectal local. Todo ello para legitimar nuestra discriminación. De la misma manera que se nos dice que somos 500 millones de hablantes, Israel dice que ya hay millones de musulmanes en el mundo y que por eso no importa lo que pase a los palestinos, además dice que esa tierra les pertenece históricamente, y que es suya, es "propia".
El catalanismo, al igual que los judíos se ha radicalizado por unas "opresiones pasadas", aunque el catalanismo ya tenía una fortísima raíz racialista desde finales del siglo XIX, y la mezcla con el nacionalismo les ha llevado a la reacción. Su razonamiento ha sido, para no ser oprimidos, debemos ser opresores. Si queremos que el catalán sea dominante tenemos que imponerlo como hizo Franco, y esta es la línea de pensamiento que se abrió paso con Jordi Pujol. Un fiel reflejo es el "yo no quiero que el catalán sea simpático, quiero que sea imprescindible" cuando solo es el idioma del 30%. Es una justificación de la agresividad social, política y legal del catalanismo. También lo escuchamos en esta otra versión "ninguna lengua llega a ser lengua de un país sin imponerse", que muestra su objetivo de dominación final que se pretende.
Eso junto a la pretensión falsa de que el catalán está en una situación desesperada, cuando mantiene en cantidad (no en porcentaje por la inmigración) el mismo número de hablantes, les lleva a aceptar las políticas de violencia lingüística y discriminación contra los hispanohablantes, como explicamos en la trampa del porcentaje.
Grabáoslo, el catalanismo es opresor. Es una democracia étnica como desgranamos prolijamente en otra ocasión y os recomendamos leer encarecidamente. No todos los catalanes son opresores, más de la mitad, seguro que no, pero el catalanismo si lo es.
El franquismo no puede equipararse ni de lejos a la política que acepta el PSOE y el PSC de discriminación de los hispanohablantes catalanes, cualquier comparación es mentira. No existe la opresión contra los catalanohablantes, son una minoría más de Cataluña que no lo acepta, no son una nación ni nos representan a todos como se trata de imponer. Es una de las diversas culturas que existen, en un territorio que deriva el 70% de la migración, que se resiste a aceptar una posición en igualdad, que no renuncia a la dominación.
Cualquiera que acepte el discurso de la catalanofobia para justificar nuestra discriminación, está adoptando un discurso reaccionario, y como tal debe ser señalado. Desde Salvador Illa a Jessica Albiach.
Referencias: La cuestión judía y el racismo opresor actual