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Charnego asimilado y Charnego cimarrón, los negros de casa y de campo de Malcom X

Has visto alguna vez este potente fragmento de un discurso de Malcolm X?


El rebelde afroamericano utiliza las figuras del "negro de casa" y el "negro de campo" para ilustrar la división y subordinación interna que se daba durante la esclavitud en Estados Unidos. Con estas metáforas, Malcolm X denuncia cómo los esclavistas manipulaban a las personas negras, diferenciándolas según el trabajo que realizaban, para evitar la unidad y la rebelión. Ved este maravilloso vídeo de la película Djando de Tarantino, sobre el síndrome de Stephen Candie.


Los "negros de casa", por su cercanía a los amos y mejores condiciones, llegaban a identificarse con el opresor, mientras que los "negros de campo" sufrían las peores condiciones y albergaban un mayor odio hacia la esclavitud. Malcolm X utilizó este ejemplo histórico para señalar cómo, aún en la sociedad contemporánea, la subordinación psicológica y cultural sigue siendo una barrera para la verdadera liberación de los oprimidos.

Lo mismo sucede con los hispanohablantes en Cataluña, ya os lo anticipamos en este texto El síndrome del Tío Jordi, hispanohablantes que abandonan su lengua, lo continuamos en Los nombres de los Charnegos, recuperar los nombres en español y la identidad cultural y hoy volvemos a incidir. Para empezar tomaremos el discurso de Malcom X y vamos a parafrasearlo libremente referido a charnegos, colonos, ñordos, castellanos o cualquier otro insulto que nos destina el catalanismo a continuación


"En la época de la inmersión (esclavitud) cuando los charnegos (negros) como yo hablamos con los esclavos lingüísticos, no les pegaban, enviaban a un viejo charnego asimilado (negro de casa, un Tío Jordi), detrás de el para contradecirle lo que decía el charnego cimarrón (negro de campo). Hay que analizar la realidad de Cataluña para entender esto, hay dos tipos de charnego, está ese charnego asimilado, ese tío Jordi, que siempre protege al catalanista cuando el charnego rebelde se sale demasiado de la línea, para mantenerlo bajo control (así es el PSC o Comunes).

El Tío Jordi puede permitirse hacer esto, porque vive mejor, le dan cargos, puede codearse con el poder, está mejor posicionado económicamente, y vive justo al lado de sus amos en el ático o en el sótano. Come de la misma comida que su amo catalanista, del sistema de dominación lingüístico, que le permite el acceso a la casa del amo, le permiten participar en TV3, en los medios catalanistas, y ama la inmersión y el catalán más de lo que el catalanista se ama a si mismo.


Si se rompe el falso consenso de la inmersión, si se incendian las aulas reclamando español, el Tío Jordi trata de apagar el fuego, no quiere que la casa del amo catalanista se queme, no quiere que el sistema que le privilegia y le permite comer las migajas del amo catalanista se vea amenazada, y la defiende más que el amo catalanista.

Pero luego hay un charnego que trabaja de obrero, que no es profesor en una escuela o la universidad, que no es periodista, o diputado de los Comunes y el PSC, que no aparecerá en la tele, que no tiene el mismo nivel socioeconómico, que siente la discriminación golpeando como un látigo en su espalda, al seguir hablando español. Y si, odia la opresión catalanista, desea que la inmersión desaparezca y se muera. Hoy día no se usa tanto el término charnegos, pero todavía perduran entre nosotros los charnegos asimilados y los charnegos rebeldes, cimarrones. Nosotros somos charnegos cimarrones".


En este último punto saltará alguien diciendo que solo nosotros usamos "charnego" que ellos ya no lo usan, lo mismo sucedía con la palabra "negro"... los blancos presumían de no usarla ya, pero los negros lo usaban para empoderarse, para recordarles la discriminación, y sobre todo la discriminación más encubierta. Por ello cuando alguien te critique por usar charnego a modo de denuncia, sabrás que estás ante un opresor que trata de ocultar la realidad que todavía persiste.

Así Charnego asimilado, Tio Jordi, o Charnego domesticado, subraya la idea de haber sido "domado" o condicionado por la presión social y lingüística dominante. Implica una pérdida de identidad y una subordinación total a las normas culturales impuestas, al igual que el "negro de casa" en la metáfora de Malcolm X. Ejemplos de estos son Juana Dolores, Julia Ojeda, o Antonio Baños.


Charnego no asimilado, Charnego rebelde o Charnego cimarrón, resalta la resistencia a conformarse con las expectativas del etnicismo catalanista que impone el uso del catalán. Reflejan la decisión de mantener la identidad y la lengua original frente a la presión asimiladora, similar al "negro de campo" en la metáfora.

La imposición del catalán es una herramienta de control social. El término charnego era una palabra despectiva y divisiva que se usaba precisamente como parte de un proceso de "integración" (dominación) para referirse a los hispanohablantes, una presión para adoptar el catalán como lengua de uso público. El término puede estar en desuso, pero la presión idiomática persiste. El catalán se usa para establecer jerarquías de poder, la diferencia es que algunos pasan por el aro y aceptan el grillete y la cadena de sumisión, y otros no renuncian a ser ellos mismos.


Si antes se usaba charnego, ahora este término profundamente peyorativo, asociado con la idea de ser culturalmente diversos por su idioma: el español, se ha subsumido en el hecho de hablar el idioma. Ya no es preciso nombrarlo. La discriminación está asociada a la identidad lingüística.


Se te plantea una situación en la que se espera que abandonemos nuestras raíces lingüísticas y culturales para ser aceptados en la sociedad que preforman y dominan los catalanistas. Es por ello que debemos arrebatarles el poder. El catalán es un símbolo de pertenencia al grupo minoritario del poder, mientras que el español se ha convertido en un marcador de marginalidad y subordinación.

En Cataluña, los charnegos enfrentan un sistema de subordinación en el que la adopción del catalán juega un papel crucial.  La asimilación lingüística se ve como una forma de evitar la discriminación. Sin embargo, para muchos, este proceso también implica la renuncia parcial a su identidad original y la interiorización de la idea de que solo siendo catalanohablantes pueden ser ciudadanos de primera... acceder a la educación, a los trabajos públicos, a la política, a la cultura, a las instituciones.


Los charnegos asimilados, Tios Jordi, se convierten en defensores del sistema que los oprime en un primer lugar. Algunos, tras haber adoptado el catalán, podrían incluso distanciarse de aquellos otros inmigrantes que no lo hacen, reproduciendo el mismo sistema de exclusión que una vez los marginó a ellos.

Por otro lado, los charnegos que no adoptan el catalán, o que prefieren seguir utilizando el español en su vida diaria, a menudo permanecen en los márgenes de la sociedad catalana. Viven una mayor exclusión y sufren la marginalización social y cultural, si no hablan catalán, sin importar cuán contribuyentes sean a la sociedad.

Los charnegos cimarrones, tienen mayores dificultades para acceder a espacios de poder o influencia dentro de la sociedad catalana, y la presión para integrarse a través del catalán es constante. Sin embargo, su resistencia a abandonar su lengua materna es también una forma de rechazar la subordinación cultural.

El idioma catalán es una herramienta que perpetúa la desigualdad. En este contexto, el catalán no es solo una lengua, sino un instrumento de control y jerarquización social. El dominio del catalán, y su uso público, no se limita a una cuestión de comunicación, sino que se ha convertido en un marcador de estatus social y de legitimidad cultural. Aquellos que no lo hablan o que eligen no usarlo en determinados contextos son percibidos como menos integrados o incluso como un "otro" en el régimen discriminatorio catalanista.


Una de las dinámicas más problemáticas en este contexto es la internalización de la subordinación por parte de algunos charnegos. Aquellos que han adoptado el catalán y han sido aceptados dentro de la sociedad catalana pueden llegar a creer que esta aceptación es un reflejo de su propio esfuerzo y mérito, y sin reconocer que han sido forzados a abandonar parte de su identidad original. Esta internalización de la subordinación es similar a la que Malcolm X criticaba en el "negro de casa": una identificación con los valores y expectativas del opresor, que lleva a la alienación de sus propios orígenes.

La situación de los charnegos asimilados y los charnegos cimarrones en Cataluña muestra cómo las divisiones internas y la subordinación lingüística pueden ser utilizadas para controlar a una comunidad y mantener jerarquías de poder. 

Resistir esta subordinación al catalán, implica reconocer la validez de todas las identidades culturales y lingüísticas dentro de Cataluña, sin imponer una lengua como único marcador de pertenencia. Solo a través de una verdadera inclusión, que respete tanto el catalán como el español, se puede superar el conflicto que afecta a Cataluña.

La meta de asimilar a todos al catalán mediante la inmersión, nunca fue la solución, fue un incremento del conflicto y la diferencia, solo el respeto a la comunidad hispanohablante y su presencia libre sin discriminaciones en todos los ámbitos, lo resolverá.